L D (EFE) "Whale rider" es una coproducción entre Alemania y Nueva Zelanda firmada por la joven cineasta neozelandesa Niki Caro, quien utiliza las tradiciones indígenas y la naturaleza de su país para narrar la historia de una mujer que se enfrenta a una cultura regida por hombres y a la intransigencia de su abuelo, quien se niega a aceptar que sea ella la que le suceda en la jefatura de la tribu. Basada en una novela de gran éxito en Nueva Zelanda, obra de un autor maorí, la cultura de la que habla el filme, "Whale rider" narra una historia "universal, que no creo que Hollywood hiciera", dijo la realizadora, quien añadió en alusión a las costumbres maoríes en las que se basa el filme: "es una cultura que respeto demasiado, ellos nunca me hicieron ver que no era la persona adecuada para rodar esta historia".
"The lover", dirigida por el ruso Valeriy Teodorovskiy y que recibió una cálida acogida, narra la descorazonadora historia de amor que dos hombres dispares profesan a una misma mujer; uno de ellos su esposo, profesor universitario, y el otro un ex militar, que se conocen tras la muerte de la fémina. Es entonces cuando el marido descubre la existencia del amante que mantuvo una relación estable con la mujer casi desde el momento en que ella contrajo matrimonio. Para el marido, este descubrimiento supondrá una lucha consigo mismo para aceptar la situación e intentar olvidar, mientras que el amante intenta en vano volver al pasado.
Rodada con un estilo teatral y un ritmo sosegado, de gran economía narrativa en "The lover", la primera película rusa que compite en el festival donostiarra en mucho tiempo, destaca el trabajo de los actores, especialmente de Oleg Yankovskiy, que interpreta al marido desconsolado y que es una de las figuras más importantes de la cinematografía rusa. Teodorovskiy explicó que el filme está basado en una experiencia personal y comentó que se trata de una historia "minimalista" que, al ser rodada con pocos medios, evitó adornar para conservar así un espíritu sobrio y austero, ya que se trata de "una historia que tiene que ver con el alma del hombre".
"La vida prometida", del joven cineasta francés Olivier Dahan y protagonizada por Isabelle Huppert intenta conmover al mostrar el viaje al pasado de una prostituta desarraigada que ha abandonado hace años a su hijo pequeño, que mantiene una relación fría y cortante con su otra hija adolescente y que, tras verse implicada en la muerte de un mafioso emprende junto a ella un viaje sin destino que se convertirá en una búsqueda de su pasado. Un pasado del que apenas guarda recuerdos, una memoria en blanco que intenta tapar el dolor de una vida anterior desecha, pero a pesar de que Isabelle Huppert pone el alma en su personaje, un guión flojo, a veces sin sentido, que no profundiza en esa huella dolorosa del pasado, no la explica y que adorna la trama con una visión idílica de la naturaleza, una exaltación que no encaja en la historia.
"The lover", dirigida por el ruso Valeriy Teodorovskiy y que recibió una cálida acogida, narra la descorazonadora historia de amor que dos hombres dispares profesan a una misma mujer; uno de ellos su esposo, profesor universitario, y el otro un ex militar, que se conocen tras la muerte de la fémina. Es entonces cuando el marido descubre la existencia del amante que mantuvo una relación estable con la mujer casi desde el momento en que ella contrajo matrimonio. Para el marido, este descubrimiento supondrá una lucha consigo mismo para aceptar la situación e intentar olvidar, mientras que el amante intenta en vano volver al pasado.
Rodada con un estilo teatral y un ritmo sosegado, de gran economía narrativa en "The lover", la primera película rusa que compite en el festival donostiarra en mucho tiempo, destaca el trabajo de los actores, especialmente de Oleg Yankovskiy, que interpreta al marido desconsolado y que es una de las figuras más importantes de la cinematografía rusa. Teodorovskiy explicó que el filme está basado en una experiencia personal y comentó que se trata de una historia "minimalista" que, al ser rodada con pocos medios, evitó adornar para conservar así un espíritu sobrio y austero, ya que se trata de "una historia que tiene que ver con el alma del hombre".
"La vida prometida", del joven cineasta francés Olivier Dahan y protagonizada por Isabelle Huppert intenta conmover al mostrar el viaje al pasado de una prostituta desarraigada que ha abandonado hace años a su hijo pequeño, que mantiene una relación fría y cortante con su otra hija adolescente y que, tras verse implicada en la muerte de un mafioso emprende junto a ella un viaje sin destino que se convertirá en una búsqueda de su pasado. Un pasado del que apenas guarda recuerdos, una memoria en blanco que intenta tapar el dolor de una vida anterior desecha, pero a pesar de que Isabelle Huppert pone el alma en su personaje, un guión flojo, a veces sin sentido, que no profundiza en esa huella dolorosa del pasado, no la explica y que adorna la trama con una visión idílica de la naturaleza, una exaltación que no encaja en la historia.