L. D. / EP.- La astronauta francesa Claudie Haigneré encargada de probar este dispositivo en la Misión Andrómeda, ha regresado en la nave Soyuz portando la caja de cristalización.
Se trata de una pequeña caja de plástico en la que las proteínas se convierten en cristales de una gran pureza para su estudio científico. La calidad de los cristales obtenidos es de gran importancia porque de ella depende la fiabilidad de los resultados del estudio de las proteínas. Hasta ahora, cristales tan perfectos sólo podían conseguirse en el espacio por las condiciones de ingravidez, o en la Tierra, pero en condiciones muy costosas.
La Caja de Cristalización Granada permite realizar este tipo de experimentos en la Tierra con excelentes resultados, según ha informado este miércoles el CSIC.
El dispositivo desarrollado y patentado por el Laboratorio de Estudios Cristalográficos del CSIC es considerablemente más económico que todos los sistemas anteriores, por lo que la Agencia Espacial Europea solicitó una primera prueba experimental para comprobar su viabilidad. La NASA ha mostrado formalmente su interés y ya se comienza a utilizar en los laboratorios de todo el mundo.
Para la prueba realizada en el espacio, que ha estado dirigida por el investigador del CSIC Juan Manuel García-Ruiz, diez laboratorios europeos diferentes han proporcionado proteínas y, a partir del regreso a la Tierra, evaluarán la calidad de los cristales crecidos en el espacio, junto a los obtenidos en un experimento paralelo idéntico que se ha realizado en Moscú a efectos de comparación.
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Se trata de una pequeña caja de plástico en la que las proteínas se convierten en cristales de una gran pureza para su estudio científico. La calidad de los cristales obtenidos es de gran importancia porque de ella depende la fiabilidad de los resultados del estudio de las proteínas. Hasta ahora, cristales tan perfectos sólo podían conseguirse en el espacio por las condiciones de ingravidez, o en la Tierra, pero en condiciones muy costosas.
La Caja de Cristalización Granada permite realizar este tipo de experimentos en la Tierra con excelentes resultados, según ha informado este miércoles el CSIC.
El dispositivo desarrollado y patentado por el Laboratorio de Estudios Cristalográficos del CSIC es considerablemente más económico que todos los sistemas anteriores, por lo que la Agencia Espacial Europea solicitó una primera prueba experimental para comprobar su viabilidad. La NASA ha mostrado formalmente su interés y ya se comienza a utilizar en los laboratorios de todo el mundo.
Para la prueba realizada en el espacio, que ha estado dirigida por el investigador del CSIC Juan Manuel García-Ruiz, diez laboratorios europeos diferentes han proporcionado proteínas y, a partir del regreso a la Tierra, evaluarán la calidad de los cristales crecidos en el espacio, junto a los obtenidos en un experimento paralelo idéntico que se ha realizado en Moscú a efectos de comparación.
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