L. D. / EFE.- El funeral, que contó con la asistencia de numerosos familiares, compañeros de los suboficiales fallecidos, mandos militares y autoridades, estuvo presidido por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, el general Alfonso Pardo de Santayana. Los féretros llegaron a hombros de compañeros de los difuntos, que estaban destinados al Regimiento "La Reina" II y tras su recibimiento, el capellán militar pidió a los asistentes fe para superar la desaparición de estos dos jóvenes a los que sorprendió la muerte mientras se preparaban para acudir a Bosnia en misión de paz, como ya hicieran en 1998.
Posteriormente, una compañía del Regimiento "La Reina" II ofreció a los fallecidos el homenaje de los banderines, tras lo que Alfonso Pardo de Santayana hizo entrega a los difuntos de la Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo concedida por el Ministerio de Defensa a título póstumo. El acto, en el que entre otros estuvieron presentes el comisario jefe del Cuerpo Nacional de Policía en Córdoba, Diego Márquez, el delegado del Gobierno de la Junta en Córdoba en funciones, Antonio Hurtado, y diversos representantes del Ayuntamiento de Córdoba, la Diputación Provincial, la Policía Local y la Guardia Civil, concluyó con la entrega a los familiares de los fallecidos de las banderas de España que cubrieron los féretros y con la retirada de la compañía.
El general jefe de la Brigada de Infantería Mecanizada X "Guzmán el Bueno", en la que se adscribe el regimiento al que pertenecían los dos sargentos, José Arnoldo Mediavilla, indicó a los periodistas, tras el funeral, que la muerte de estos dos jóvenes "ha sido muy desgraciada para nosotros" y que aunque "parece que tiene más mérito morir en Bosnia, ellos estaban cumpliendo con su deber, estaban perfeccionando su instrucción para volver a Bosnia". Mediavilla recordó que al aceptar la profesión militar se asumen unos riesgos e insistió en que hay que seguir adelante, aunque "los echaremos de menos".
En referencia al accidente en el que perdieron la vida los dos sargentos, Mediavilla señaló que "pudo haberle ocurrido a cualquiera" y negó que el vehículo BMR (Blindados Medios sobre Ruedas) en el que viajaban fuera a más de sesenta kilómetros por hora, velocidad máxima permitida para el mismo. Según el general Jefe de la "Guzmán el Bueno", estos vehículos "son difíciles de conducir y de controlar", y aunque los dos sargentos eran experimentados en su conducción, no pudieron hacer nada para evitar volcar después de que una de las ruedas traseras se saliera de la calzada y trataran de rectificar la dirección del BMR.
Además el máximo responsable de la base militar cordobesa apuntó que se desconoce por el momento si el vehículo accidentado será sustituido, aunque resaltó que los BMR, de fabricación española, están dando muy buenos resultados en Bosnia.
Cepedello, casado y con dos hijos, fue trasladado a La Carlota, donde se celebró una misa por su alma en la Parroquia de La Inmaculada, tras la que recibió sepultura en el cementerio de su localidad natal. El cuerpo de su compañero Enrique de la Rosa, casado y con un hijo, fue enterrado en su localidad natal de Baeza (Jaén).
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Posteriormente, una compañía del Regimiento "La Reina" II ofreció a los fallecidos el homenaje de los banderines, tras lo que Alfonso Pardo de Santayana hizo entrega a los difuntos de la Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo concedida por el Ministerio de Defensa a título póstumo. El acto, en el que entre otros estuvieron presentes el comisario jefe del Cuerpo Nacional de Policía en Córdoba, Diego Márquez, el delegado del Gobierno de la Junta en Córdoba en funciones, Antonio Hurtado, y diversos representantes del Ayuntamiento de Córdoba, la Diputación Provincial, la Policía Local y la Guardia Civil, concluyó con la entrega a los familiares de los fallecidos de las banderas de España que cubrieron los féretros y con la retirada de la compañía.
El general jefe de la Brigada de Infantería Mecanizada X "Guzmán el Bueno", en la que se adscribe el regimiento al que pertenecían los dos sargentos, José Arnoldo Mediavilla, indicó a los periodistas, tras el funeral, que la muerte de estos dos jóvenes "ha sido muy desgraciada para nosotros" y que aunque "parece que tiene más mérito morir en Bosnia, ellos estaban cumpliendo con su deber, estaban perfeccionando su instrucción para volver a Bosnia". Mediavilla recordó que al aceptar la profesión militar se asumen unos riesgos e insistió en que hay que seguir adelante, aunque "los echaremos de menos".
En referencia al accidente en el que perdieron la vida los dos sargentos, Mediavilla señaló que "pudo haberle ocurrido a cualquiera" y negó que el vehículo BMR (Blindados Medios sobre Ruedas) en el que viajaban fuera a más de sesenta kilómetros por hora, velocidad máxima permitida para el mismo. Según el general Jefe de la "Guzmán el Bueno", estos vehículos "son difíciles de conducir y de controlar", y aunque los dos sargentos eran experimentados en su conducción, no pudieron hacer nada para evitar volcar después de que una de las ruedas traseras se saliera de la calzada y trataran de rectificar la dirección del BMR.
Además el máximo responsable de la base militar cordobesa apuntó que se desconoce por el momento si el vehículo accidentado será sustituido, aunque resaltó que los BMR, de fabricación española, están dando muy buenos resultados en Bosnia.
Cepedello, casado y con dos hijos, fue trasladado a La Carlota, donde se celebró una misa por su alma en la Parroquia de La Inmaculada, tras la que recibió sepultura en el cementerio de su localidad natal. El cuerpo de su compañero Enrique de la Rosa, casado y con un hijo, fue enterrado en su localidad natal de Baeza (Jaén).
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