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ENTREVISTA A EUPREPIO PADULA, EXPERTO EN COACHING

"Muchos políticos nunca encontrarían trabajo en la empresa privada"

En España, la mayoría de políticos son de carrera o funcionarios, con poca formación y escaso conocimiento de la empresa privada. Euprepio Padula, director de la consultora Padula&Partners, desvela para Libertad Digital el incipiente sector del coaching para políticos.

¿Están los políticos españoles lo suficientemente formados? Pese a que la mayoría de los diputados nacionales (alrededor del 75%) son licenciados, su perfil se caracteriza por la falta de formación complementaria -por ejemplo, en idiomas- y un escaso conocimiento de la técnicas de gestión que imperan en la empresa privada. Esto es así porque, salvo excepciones, sus carreras se han limitado al ámbito político (políticos de carrera que han ido ascendiendo en las estructuras de partido) o funcionarial.

 

Los sociólogos y expertos en recursos humanos coinciden en que los políticos españoles suspenden en áreas tan vitales para el desempeño de su función pública como el liderazgo, la gestión de equipos o la comunicación verbal y corporal. Y es que, la mayoría opta por no reciclarse. Como mucho, acuden a cursillos de telegenia o estrategia política de dos o tres días.

 

Sin embargo, el coaching para políticos es un fenómeno en auge en muchos países, incluida España. Este tipo de formación personalizada está muy desarrollada en el mundo anglosajón, en especial, en EEUU. Euprepio Padula, director de Padula&Partners, una de las firmas líderes en la gestión de capital humano y reclutamiento, se dedica al coaching, no sólo de altos ejecutivos sino también de políticos. En una entrevista con Libertad Digital desvela los entresijos de esta profesión y su opinión sobre la clase política española.

 

"No hay grandes diferencias entre el coaching para ejecutivos y políticos. La esencia es la misma: ofrecer formación especializada, rápida y, sobre todo, muy personalizada. La personalización es la principal diferencia que existe entre el coaching y otro tipo de formación como, por ejemplo, un master". La función básica de este entrenador personal consiste en "trabajar sobre la identidad profesional del cliente".

 

Sin embargo, Padula sí observa grandes diferencias entre el perfil de político y el de ejecutivo. "Hay muchos políticos de carrera que precisan coaching para facilitar el tránsito de la vida política al ámbito empresarial, o para incorporar técnicas propias de la gestión privada al sector público".

 

Gestión privada en entes públicos

 

"Los políticos suelen acudir a este tipo de servicios para aprender las técnicas relacionadas con la gestión de empresas y de equipos, entre muchas otras. Y es que, evidentemente, existe una gran diferencia entre gestionar una entidad pública y una privada, aunque sus técnicas son fácilmente exportables al ámbito de la administración", añade.

 

"Por desgracia, el coaching para políticos está muy poco desarrollado en España en comparación con los países anglosajones. La Administración Pública debería incorporar mucho más las técnicas privadas de gestión, aunque en los últimos años ha evolucionado de forma creciente. Los políticos deberían hacer uso del coaching tradicional en el desarrollo de su función pública", indica. "Al fin y al cabo, son también gestores en sus entidades, sólo que son públicas".

 

Por ello, según Padula, los políticos españoles deberían ser "más exigentes consigo mismos y con su equipo. Deberían tener mucha más formación, personal y tradicional -el caso del inglés es paradigmático-".

 

En general, "falta mucha vocación en política. Esta profesión debería tener mucho más que ver con el servicio público que con el poder o con el dinero. Y eso es muy triste". El problema, añade, es que "mucha gente está ahí porque no tendría cabida en ninguna otra organización. Muchos, si no fueran políticos, estarían en la cola del paro, y no tendrían posibilidad de encontrar trabajo en la empresa privada", al menos, percibiendo su actual nivel salarial, advierte.

 

Pero es aquí donde el coaching cuenta con un particular nicho de mercado, ya que este  proceso de formación también suele ser muy empleado por los políticos en su tránsito hacia la empresa privada. "El caso más típico de coaching en los últimos años es el que suelen demandar políticos o altos funcionarios que se incorporan a una empresa privada".

 

De la política a la empresa

 

En concreto, uno de los casos más habituales es el de ex altos cargos del Gobierno que fichan como consejeros delegados de una gran empresa o multinacional para desarrollar, fundamentalmente, una labor de lobby -haciendo uso de su red de contactos-. En este particular ámbito "existen casos de bastante éxito, en donde el tránsito a la empresa funciona bastante bien y se obtienen buenos resultados, gracias a que se preparan para dar el salto al mundo del sector privado", destaca Padula.

 

Su contacto y trabajo directo con políticos de diversos países permiten a este experto en capital humano tener una visión global sobre esta profesión. "Por mi experiencia, creo que, en general, el político se parece bastante en todos los sitios. Tiene cualidades bastante comunes, ya que cuenta con un perfil profesional característico y propio. Aunque luego, claro, existen ciertas diferencias fundamentales entre países".

 

En este sentido, considera que los políticos españoles, por lo general, "dan muy poca importancia a su imagen estética o a la comunicación corporal frente, por el contrario, a los estadounidenses". Pero, sobre todo, Padula percibe que "en España hay muy poca autocrítica. Y tenemos ejemplos muy claros en la actualidad", asevera.

 

En concreto, critica la falta de autocrítica del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en los últimos tiempos. "Admitir los errores es fundamental. Si no eres capaz de decir me he equivocado generas desconfianza", tanto en la opinión pública como en tu propio equipo, señala. En la actualidad, "Zapatero está a kilómetros de la gente", añade. Además, su falta de liderazgo durante la crisis está provocando un debate interno en su partido "y se nota que no está acostumbrado a eso".

 

Por último, otra diferencia fundamental es que "la política en España influye mucho en la economía. Hay más cercanía, una mayor connivencia entre política y grandes empresas en comparación, por ejemplo, con Italia, en donde los empresarios ignoran totalmente a los políticos", concluye Padula.

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