Debe ser que han inspeccionado solo lugares de ambiente Masoquista, así cualquiera.
Un consejo si quieren conseguir el 5/5 la próxima vez vayan de cuero y usen latigazos y pisotones en los huxxxx así serán perfectas.
Es el "síndrome del Tio La Vara": Te doy hasta en el cielo de la boca y tu encima te quedas en el suelo pidiendo mas y diciendo que en realidad te merecías mucho mas de lo que te han dado...
Si al PP le gustan los congresos a la búlgara, ¿por qué no le iban a gustar las encuestas a la idem?
Vamos que estamos encantados de que nos roben las administraciones y de los ladrones que envían. Sin embargo los inspectores se olvidan de inspeccionar los locutorios, las tiendas de chinos, y un largo etcétera, ¿por qué será?
Tan encantados como con una almorrana.
A la vista de la noticia, me imagino a los comerciantes:
"¡Hombre, sr. inspector! Pase, pase, ahora mismo le saco los libros de contabilidad. ¿Quiere que saque también el B o le basta con la contabilidad A? Tenía que haber avisado, hombre, que nunca nos da tiempo para quitar los precios a los libros del escaparate. ¡Con la ilusión que nos hace recibir sus maravillosas multas! ¿Qué? ¿Rellenar un cuestionario? ¡Por supuesto! ¿Dónde pone si nuestro inspector es el más guapo, el más simpático y el que pone las multas con mejor estilo de todo el distrito?" (luego vienen los besos, abrazos y un paroxismo orgiástico de otras muestras de afecto... que imagino inapropiadas para describirlas en un comentario que se pretenda decente)
Y el caso es que tradicionalmente lo de las inspecciones solía considerarse desde una óptica ligeramente distinta. Algo así como en el chiste:
Entra un hombre trajeado con un maletín de cuero en una joyería y, muy seriamente, le dice al joyero:
- Buenos días. Soy inspector municipal y por encargo expreso del alcalde Gallardón voy a realizarle una inspección del negocio. Cierre con llave la puerta del establecimiento.
El joyero cierra la puerta y pone el cartel de "cerrado".
- Cierre las cortinas de las ventanas.
El joyero las cierra.
- También el visillo de la puerta.
El joyero también lo cierra. En ese momento, el hombre saca una pistola del maletín y exclama.
- ¡Deme todas las joyas, esto es un atraco!
Y el joyero, resopla visiblemente aliviado:
- ¡Buf!... Jo, tío, ¡menudo susto me habías dado!
Un saludo.
PD: Últimamente me da por transcribir unos cuantos chistes, espero que no sean demasiado malos...