Pregunta: ¿Cuál es la situación actual para las empresas familiares?
Respuesta: Bajo mi punto de vista, la situación no ha variado mucho, los problemas de las empresas siguen (bajo consumo, baja facturación, reestructuración de plantillas, falta de financiación…). No se da ningún crédito, no sólo para crear proyectos, sino tampoco para apuntalar proyectos ante los próximos años, que se presentan muy negros.
Las empresas familiares suelen ser empresas muy conservadoras, con personal de mucha permanencia, sobre todos los que vienen de 3-4 generaciones. Puede llevar más tiempo el trabajador en la empresa que el actual gestor (quizás le han conocido de niño). Pero hay que recortar gastos y también a veces hay que despedir a familiares (de segundo o tercer grado). Hay una gran connotación personal.
P: ¿Ha mejorado algo la situación en los últimos meses?
R: Nada. Nosotros tenemos un entorno más complicado que el resto de los países. En España tenemos siete fábricas de automóviles, y estos están mal hasta que no se recupere el consumo. También ha caído el turismo. Y luego está el inmobiliario, que tenemos que digerir, que nos costará dos o tres años.
La recuperación no está clara en ningún sitio, EEUU tiene buenos datos pero no lo suficientemente consistentes. Nuestra economía, que tiene mucha dependencia de estos países, lo nota. Hay que ser optimista pero realista. En cuanto a la creación de empleo, todos los datos dicen que vamos a crecer un 0,3%-0,5%-0,7% y nosotros no creamos empleo hasta el 3% (y destruimos si estamos por debajo del 1%). Vamos a destruir empleo al menos hasta dentro de tres años. Los cinco millones se ven venir. La reforma laboral no tiene que ser destructiva, sino que tienen que ser medidas para que el empresario tenga herramientas para lanzarse. Si los empresarios no creamos empleo tendrá que ser el Gobierno el que siga ampliando el número de funcionarios.
P: ¿Cómo tendría que ser esa reforma laboral de la que tanto se habla?
R: La ventaja de una empresa familiar es que no es como las multinacionales. Está muy radicada en su propio entorno, son empresas con cien años de existencia, no se van a deslocalizar. Este tipo de empresas lucha hasta las últimas, nos cuesta hacer la restructuración, somos más resistentes. Tenemos la connotación negativa de que cuando vienen tiempos de estos todo nuestro patrimonio está detrás de la empresa, hay empresarios avalando con sus propiedades. Y si lo pierden se quedan sin nada (sin paro, sin propiedades, sin nada).
Hay bastante demagogia en el tema de la reforma laboral. Hay que tener un entorno laboral con una legislación más flexible. No quiere decir que sea un coladero y que los empresarios abusen. Cuando hay trabajo no se despide a nadie. Al empresario se le debe dar la oportunidad de adaptarse a las oportunidades del mercado. Si no, al salir de ésta, el empresario va a ser muy cauto para lanzarse.
El problema es que no sé quién le pondrá el cascabel al gato de la reforma laboral. Los políticos trabajan más haciendo marketing político que cogiendo el toro por los cuernos.
P: ¿Por qué España es tan mal vista la figura del empresario que crea empleo?
R: Estamos en un país donde se fomenta muy poco al emprendedor. En EEUU, donde yo estudié, no sólo no se le ponen pegas para financiación o trámites, sino al revés. Si vamos a grandes proyectos (Google, Apple,…) ha habido emprendedores y se les ha ayudado. En España hemos creado una psicosis de que es difícil crear un proyecto. Las iniciativas emprendedoras están muy poco fomentadas, ni por la administración ni por el sistema financiero.
Además, al empresario que fracasa en EEUU no se le relega, se le valora, porque ha aprendido. En España, lo que ocurre es que si tú eres emprendedor y fallas a un pago porque te toca una crisis, te meten en el registro de morosos y te puedes olvidar de pedir un crédito el resto de tu vida.
P: ¿Y cuál es el papel de la universidad en esta situación?
R: La universidad vive aislada de la empresa, es muy endogámica, es la mayor creadora de paro del país. Nosotros tenemos una cátedra en la UCM. El 90% de la gente va a sacar su crédito, pides que participen y no tienen ganas de pensar. En las encuestas el 80% de los alumnos dicen que quieren ser funcionarios, no emprendedores. Con estos parámetros, España está a la cola. La innovación es una cultura que hay que crear a lo largo de la década. La realidad es que vas con un proyecto a la banca y pregunta ¿qué solvencia tiene? No analizan el proyecto. Lo miran desde el espectro de la solvencia. El terreno está muy poco abonado para esto. Si el emprendedor no encuentra facilidades se acumula la cultura de que ser emprendedor es difícil… y así quieren trabajar en multinacionales o funcionarios. Es la pescadilla que se muerde la cola.
P: Según Doing Business, la clasificación del Banco Mundial, España es el país 147 del mundo en el ranking de creación de empresas, ¿qué se podría hacer?
R: Desde la administración se ponen muchas trabas. Tenemos una lucha con nuestra comunidad autónoma para que haya una ventanilla única para la creación de una empresa, no puedes tener que ir a cinco sitios y que en cada sitio tarden quince días en contestarte. Debería ser como abrir una cuenta en un banco y ponerte a trabajar. No hay ninguna razón. Este tipo de cosas va muy lento (según las regiones en Castilla la Mancha va muy lento en Madrid va más rápido). La unión de político y sociedad queda bien en las entrevistas, pero no en la realidad. La gangrena de este país son los políticos. Hay muchos empresarios que tienen unas deudas enormes con las administraciones públicas y tienen que pagar a Hacienda.
P: ¿Cómo afecta a una empresa familiar la negociación colectiva?
R: Nosotros no somos una patronal. Lo que defendemos es que la negociación sea de empresas con sus trabajadores. Yo no me tengo por qué acoger a convenio de la metalurgia. Cada trabajador es distinto y hay compañías con una vinculación con sus trabajadores es fuerte. Esto de los convenios son artilugios que se inventan los sindicatos. Llevamos ocho meses para ver si el convenio del colectivo es medio punto arriba o abajo. Las empresas familiares en lo que trabajamos mucho y tenemos poca interlocución la administración.
P: ¿Cómo afrontan la incorporación de la nueva generación?
Nuestro objetivo fundamental es la formación de que el sucesor de una empresa no tenga por qué ser el hijo mayor, sino que tiene que ser un profesional. Si lo hay dentro, bien, pero si no lo es hay que buscarlo fuera. Hay que hacer protocolos, una especie de hoja de ruta. Las tres claves son: sucesión programada; profesionalización (sobre todo a nivel directivo, al menos dos años de experiencia trabajando en la compañía); y comunicación con el resto de los accionistas.