Estudiar sigue saliendo rentable en España. De hecho, la crisis ha acentuado aún más las diferencias salariales entre universitarios y no universitarios. Según un estudio de la escuela de negocios La Salle, la consultora ICSA, Laboris y la Fundación Fundipe, los titulados superiores en España ganan un 58% más que los no titulados. Esta cifra es en sí misma importante, pero se vuelve más llamativa si se pone en términos de dinero contante y sonante.
Así, un estudiante de FP I y II tiene unas expectativas de ingresos a lo largo de su vida laboral (de los 25 a los 64 años, en dinero constante) de 913.231 euros, frente a los más de 2,5 millones que espera obtener un alumno de un master. Entre medias, están los 2,1 millones para un licenciado, los 1,7 millones de un diplomado y el millón y medio escaso para los ciclos formativos de grado superior.
Incluso en los niveles más altos, los universitarios disfrutan de salarios medios superiores a aquellos compañeros con menos formación. Así, el sueldo de un directivo con un título de tercer grado es de 72.020 euros, mientras que el salario para alguien de su misma categoría profesional pero una menor formación es de 60.813 euros.
El problema para los universitarios españoles es que los estudios comparativos siguen mostrando que aunque pueden sonreír en la comparación con sus compatriotas menos preparados, salen muy dañados cuando la foto recoge las cifras de los titulados de otros países.
Fuente: ICSA, La Salle
Según los datos de la OCDE recogidos por The Economist, España es el país en el que un mayor porcentaje de universitarios trabaja en puestos de inferior nivel al requerido por su formación. Más de un 40% de los titulados hispanos entre 25 y 34 años desempeña una función que no corresponde al nivel de sus conocimientos. Además, el salario de estos trabajadores también está sustancialmente por debajo del de sus colegas extranjeros. Así, mientras las empresas británicas pagan hasta 70.000 dólares por un licenciado, las españolas no llegan a los 40.000 (y en esta cantidad están incluidas las altísimas cotizaciones sociales, por lo que el sueldo que llega cada mes al empleado es bastante más bajo).
Las causas
Las causas de esta aparente contradicción (siendo universitario se cobra más, pero se trabaja en puestos de inferior categoría) son numerosas. En primer lugar, destaca la legislación laboral, que penaliza a los recién licenciados. Así, el estudio de la OCDE recoge la situación de los trabajadores de entre 25 y 29 años, un momento en el que abundan los contratos en prácticas y escasean los indefinidos, debido principalmente a la rigidez del mercado laboral español. El informe de ICSA y La Salle, sin embargo, mide la tendencia a lo largo de toda la vida laboral, en la que los ingresos van creciendo cada vez más para los más preparados. Así, el sueldo para una persona con FP apenas sube un 80% a lo largo de su vida profesional (de 15.661 euros a 27.237), frente al 270% que se incrementa para alguien con un master (de 29.143 euros a 77.896).
Como explica Ernest Poveda, de la consultora ICSA, los estudiantes no deben pensar "a corto plazo, sino en la rentabilidad media a largo plazo". En su opinión, estudiar una carrera sirve no tanto para adquirir unos conocimientos determinados como unas "herramientas" con las que desenvolverse a lo largo de la vida laboral. Por eso, destaca, aunque las empresas saben que las facultades españolas no diseñan (en general) sus curriculums pensando en el futuro laboral de sus alumnos, las compañías prefieren licenciados porque estos han acreditado con su formación más capacidad para "cambiar, adaptarse y progresar", y desarrollar una carrera profesional más transversal. Por eso, en su opinión, los licenciados pasan mucho menos tiempo en paro que los no licenciados, algo que también explicaría por qué la crisis les ha afectado menos. Estos trabajadores han demostrado ya que son capaces de adaptarse más a los cambios de puesto, industria o función.