El total de patentes de ámbito internacional registradas en España aumentó un 14 por ciento en 2009, un crecimiento que con toda probabilidad se superará en 2010, puesto que en lo que va de año el incremento se sitúa ya por encima del 30 por ciento.
Así lo ha asegurado este martes en rueda de prensa el director de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), Alberto Casado Cerviño, que participa en un curso sobre propiedad industrial, deporte, salud y medio ambiente en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander.
La principal causa de este crecimiento "enorme" es que "el proceso de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) ha continuado", lo que, a su vez, ha permitido que las patentes nacionales cayeran un 2 por ciento, una cifra "casi residual", según Cerviño. "La crisis no ha tenido un impacto negativo sobre el número de patentes, sí lo ha tenido sobre el número de marcas", ha declarado el director del la OEPM.
De este modo, el total de marcas españolas disminuyó un 14 por ciento el año pasado, un tendencia a la baja que parece corregirse en 2010, con un aumento del 4 por ciento. Estas cifras se deben, ha explicado Cerviño, a que "han cerrado algunas empresas" y a que "las empresas se han vuelto más conservadoras a la hora de gastar" a causa de la caída de la actividad económica.
Los campos en los que más destaca España son las energías renovables, ya que es el sexto país a nivel mundial con más patentes y lidera el ránking de patentes sobre energía eólica, un mercado en el que la industria española "exporta tecnología a todo el mundo". Además de las renovables, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son otro ámbito de gran crecimiento, según los datos de la OEMP.
"Siempre hay que buscar nichos que aparecen en el mercado", ha afirmado Cerviño, porque "los sectores tradicionales están ocupados por otros países", como Estados Unidos, Japón o Alemania. Además, y a pesar de la crisis, Cerviño ha dicho que la falsificación no sólo "no ha aumentado" ni en España ni en Europa, sino que ha disminuido, sobre todo porque China y Corea, los principales productores de falsificaciones, "están dejando paulatinamente de falsificar" para centrarse en "productos tecnológicamente nuevos".
Sin embargo y a pesar de que "España es un país que tiene un nivel bajo de falsificación", las copias de productos "tradicionales", del sector textil y audiovisual, se mantienen a los mismos niveles que otros años.