Comienza la huelga: los taxistas colapsan el acceso al Aeropuerto de Barajas

Ya en la madrugada decenas de taxistas se concentraron de manera espontánea en el Paseo de la Castellana, provocando tráfico lento por las calles de la capital, y cerca de las 6.30 horas de hoy, algunos, en menor medida, intentaron cortar los carriles derechos de la M-30 dirección al Aeropuerto.

Desde el Servicio de Atención al Cliente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) están recomendando a los usuarios que sólo tomen los taxis si no tienen otra alternativa y que si lo hacen, lo hagan con tiempo. En caso contrario, lo más aconsejable es utilizar el transporte público (El Metro llega hasta la Terminal 4 de Barajas).

Por otro lado, los radio-taxis no garantizan para este jueves la prestación del servicio como es habitual debido a la manifestación contra el artículo 21 de la Ley Ómnibus convocada por las principales organizaciones del sector, según indicó la Asociación Gremial de Auto-Taxi de Madrid.

"Comunicamos a todos los usuarios habituales del servicio de taxi y a los ciudadanos de Madrid que como consecuencia de la manifestación autorizada en contra del artículo 21 de la Ley Ómnibus que modifica la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT), los servicios solicitados por teléfono no podrán garantizarse como viene siendo habitual", señala.

"Lamentamos el trastorno que producirá en los usuarios habituales del servicio solicitado a las radioemisoras en la capital", añade en el comunicado, en referencia, sobre todo, al periodo comprendido entre las 11 y las 13 horas, horas a las que está convocada la manifestación.

Según las organizaciones, si se aprueba este artículo tal y como inicialmente se votó en el Congreso, se liberalizarán las VTC's (Vehículos de Alquiler con Conductor) y las tarifas en las Comunidades Autónomas que no tengan transferidas competencias en materia de transportes.

Asimismo, se autorizará al transporte discrecional a realizar servicios sin limitación de origen o destino del servicio y sin limitación de número de vehículos autorizados. Cualquier particular podría dedicarse al transporte de viajeros sin tener que regirse por el taxímetro ni por tarifas reguladas, con la inseguridad jurídica e indefensión que esto supondría para los clientes.