"Llego con las dudas de si han sido pocas las carreras disputadas para afrontar con garantías el Giro. Apenas he disputado la Vuelta a Cataluña y la Lieja-Bastoña-Lieja, porque la nube volcánica me impidió disputar otras clásicas primaverales. Al final llego con la tranquilidad de saber que he hecho todo lo posible para llegar bien", ha dicho en la rueda de prensa previa a su viaje rumbo a la capital holandesa.
Por ello, el corredor madrileño afincado en Ávila confía en aprovechar esta "frescura" para destacar en la ronda centenaria. "El año pasado se dieron muchas circunstancias con el nuevo equipo, en el que continuamente asistía a eventos, y acabé el Tour de Francia con cansancio físico y mental. Ahora no es el caso, llego fresco a la carrera", indicó en referencia a su final del año pasado, en el que decidió no competir hasta computar un total de 8 meses fuera de la alta competición.
Pese a su corta pretemporada, el de Leganés, que fue tercero en la pasada edición de la corsa rosa tras el ruso Denis Menchov (Rabobank) -quien no participará este año- y el local Franco Pellizotti (Liquigas) -excluido por su infracción antidopaje-, reconoció su ambición para copar un puesto en el podio, esta vez "físico" y presencial, en la meta de Verona. "Tengo ilusión por esta carrera porque guardo muy buen sabor de boca del año pasado. Esta prueba ha crecido mucho en interés internacional, y busco un nuevo podio, ahora físico, porque el año pasado no pude disfrutarlo -firmó el tercer puesto tras la posterior descalificación del italiano Danilo Di Luca-, en el cajón de Roma. Así que trataré de luchar para estar en la foto final", argumentó.
Además, Sastre aseguró que la decisión por competir en el Giro de Italia "sólo" le compete a él mismo, y no tanto por la publicidad que busca su disciplina en el mercado transalpino. "El calendario lo decido sólo yo. Pero bien es verdad que mi participación el pasado año estuvo condicionada por el interés del equipo por ganar presencia. Pero ahora el equipo tiene su hueco y puede recibir invitaciones al margen de Carlos Sastre", profundizaba.
Un Giro con un "final realmente duro"
Por su parte, el ciclista madrileño ofreció su particular punto de vista sobre el recorrido de la edición 101 del Giro, el cual cuenta con un total de cuatro etapas cronometradas -siendo la cuarta de la carrera una celebrada por equipos-, aunque todas cortas, y un rush final "impresionante por su dureza". "Va a ser una prueba muy difícil. Al principio hay 7 etapas llevaderas que me pueden venir bien para coger el ritmo que necesito, pero a partir de ahí comienza el Giro duro, con etapas largas y extremadamente duras. El final de la carrera es impresionante por su dureza, por el número de puertos que hay que subir y por las posibles emboscadas", comentaba.
En relación a este último sector de la corsa, englobada en la última semana y con los Dolomitas monopolizando el perfil de cada etapa, el líder de Cervelo destacó que el vencedor final "deberá ser un escalador". "Es un Giro para escaladores. Mirando el recorrido hay cinco etapas finales muy duras, que llegan tras varios días de travesías maratonianas con 200 kilómetros de media. No vamos a descansar apenas", sentenció.
Así, y sobre la cronoescalada en Plan de Corones, prevista para la decimosexta etapa, el campeón del Tour de Francia de 2008 avisó de la peligrosidad de la ascensión. "Es un puerto realmente duro, tipo Angliru pero más largo y con una pendiente media del 11 por ciento", afirmó en referencia al coloso italiano, aunque definió al Mont Ventoux francés como la cima "más dura" para él al "no haberlo hecho bien todas las veces" que lo ha subido.
Por otro lado, Sastre situó a la amplia nómina de italianos, encabezada por Ivan Basso (Liquigas), y al australiano Cadel Evans (BMC) como sus más firmes rivales. "En Italia cada año hay gente que aparece que lo hace bien, pero Evans llega en forma, es experto en grandes vueltas y es campeón del mundo. Además está Basso, que siempre está con los mejores o Vinokourov (Astana), que vuelve potente a la competición", señaló.
Asimismo, el corredor forjado en El Barraco (Ávila) no quiso descartar a una de las sorpresas del pelotón internacional el pasado año, el británico Bradley Wiggings (Team Sky). "Es un corredor que se defendió muy bien en la montaña del año pasado del Tour. Cuenta con un equipo superpotente, sobre todo para la crono por equipos", puntualizaba.
En otro orden de cosas, el ciclista español reiteró que, de momento, el Giro de Italia es su "primer y gran objetivo de la temporada", descartando en primera instancia la posibilidad por competir en las dos otras grandes vueltas del calendario, el Tour de Francia, en julio, y la Vuelta a España, en septiembre. "El Giro es mi primer y gran objetivo de la temporada. Es así porque es el que voy a hacer con total seguridad. No sé si correré el Tour o la Vuelta, me atraen las dos por igual. Si compito en Francia será porque sé con total seguridad que me he recuperado y que puedo hacerlo bien. No quiero repetir los errores del año pasado, en el que llegué muy cansado", sostiene.
Sobre la Grande Boucle, la carrera que le encumbró con su triunfo en París hace dos años, Sastre descartó una nueva victoria ante la presencia en la actualidad de gente como Alberto Contador (Astana). "Ahora gente como Contador o Andy Schleck (Saxo Bank) me lo pondrían muy difícil. Hay que ser realistas e inteligentes para competir. Tengo 35 años y he de elegir dónde puedo hacerlo bien", respondió en relación a su edad, una que comprende, por otro lado, una generación "internacionalmente muy buena".
Por último, el corredor de Leganés vio como positiva la salida de la ronda italiana desde Amsterdam, al igual que en la próxima edición, prevista desde Washington DC . "Son cosas que funcionan mediáticamente. El año que viene es en Estados Unidos, y aunque parezca que afecte a los ciclistas, si se organiza bien es llevadero. Pero lo que está claro es que nos afecta a todos por igual", zanjó.