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Antonio Robles

Iván Tubau: abierta la veda contra Ciutadans

En Cataluña te puedes meter con todo, menos con el nacionalismo.

Salió de la factoría nacionalista y en pocos días infectó la red. Fue a propósito del éxito de Ciutadans abarrotando el Palau de la Música catalana el pasado mes de septiembre. Por primera vez, Ciutadans, Partido de la Ciudadanía, hacía un acto público. El éxito asustó y pronto se desataron los ataques contra la novedad política. Eran previsibles en la prensa. Dosis de silencio mezcladas con percepciones interesadas y deformaciones de la personalidad ideológica de Ciutadans fueron su respuesta. Pero a la vez se orquestaron varios ataques furibundos en la red difamatorios y falsos. El más grave, la acusación contra Iván Tubau de acoso sexual a una antigua alumna. Iván fue uno de los intelectuales promotores de Ciutadans de Catalunya.

El punto de apoyo fue la manipulación de su discurso el día de la presentación de Ciutadans en el Palau. Aprovechando el discurso insultante de Pepe Rubianes en TV3 contra España producido días antes, Iván cambió la palabra España por la de Cataluña y repitió el discurso de Rubianes así decorado para que el nacionalismo se mirase así mismo ante su propio espejo. Pues bien, el correo electrónico que lanzaron en la red obviaba ese ejercicio retórico y se titulaba "El dirigent de Ciudadanos que va dir que Catalunya ‘em sua la polla’ va ser expedientat per assetjar sexualment a alumnes de l’Autònoma". A continuación se cebaba contra intelectuales y partido y sembraban la red de una historia falsa sobre acoso sexual de Iván a una alumna aprovechando una denuncia en 1994 que ganó en los tribunales en el año 2000. En el correo se daban todos los ingredientes propios del afán excluyente del nacionalismo. Entre otras barbaridades dice el correo arrojado a la red: "Tubau, además de su carácter violento y exaltado, es conocido en su universidad por los acosos sexuales a alumnas que ha protagonizado. Uno de los más sonados sucedió en 1993 cuando a mitad de clase de redacción periodística calló en seco y mientras miraba a una alumna le espetó en voz alta: 'No puedo concentrarme viendo tu cara porque tienes pinta de chuparla tan bien'..."

La sentencia judicial sobre la historia es muy distinta, pero el mal ya estaba hecho. En un mundo de información ininterrumpida lo que llega permanece porque desaparece al instante. Los desmentidos no alcanzan ni vencen la voluntad de los que ya sólo guardan un recuerdo inconsciente de todo. Sin contar que cualquier interesado que desea creerlo, lo toma como acontecimiento documentado para difundirlo o utilizarlo. Pero a pesar de todo, el ejercicio de racionalización debe hacerse. Siempre habrá alguien al otro lado del lenguaje para rescatar la decencia de un propósito.

En realidad, la historia es muy distinta. 1993, clase de periodismo cultural en la Universidad Autónoma de Barcelona. El profesor Iván Tubau explica el tema "Adaptaciones al cine de obras literarias". Cyril Collard, Les nuits feuves (Las noches salvajes). "Leo en francés una frase –recuerda él mismo–: Quand je t’encule je pénètre dans ton cos, mais c’est ton âme que je cherche. ¿Alguien puede traducirlo?", pregunta. Ella (la alumna), que tiene 30 años y dirige la revista de las mujeres periodistas del Colegio profesional, dice: "Quan et dono pel cul penetro en el teu cos, però és la teva ànima que busco".

"Domina usted muy bien el francés. La lengua, quiero decir". La frase le salió redonda, pero la broma le costó cara. La alumna la hizo llegar al decano.

Enric Marín, por entonces decano de la facultad de periodismo, militante de ERC y mano derecha de Carod Rovira, se convierte en Torquemada. Iván Tubau es el único periodista en esos momentos que se había atrevido a criticar públicamente la inmersión lingüística y el nacionalismo de una sola tacada. Cicatero y subjetivo, prevarica llevándole al escarnio público con la suspensión de quince días de empleo y sueldo. Mientras permite llenar de banderas anticonstitucionales la universidad y deja que el veneno nacionalista infecte el conocimiento de cientos de estudiantes, saca tiempo para perseguir el genio erótico literario de un profesor libertino que nunca hizo daño a nadie. Poco después la alumna se retracta.

Ella, después que me monten el pollo –cuenta Iván– mandó a El País una carta a mi favor (Espada la recogerá en parte en el mismo diario y Lluís Maria Todó escribirá también sobre ello) y contra la ola de puritanismo que este caso pionero de mobbing laboral saca a la superficie del oasis catalán. También firmó, con otro centenar de estudiantes y antiguos alumnos, un manifiesto a mi favor.

En el año 2000, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña obligó a la UAB a retirar la sanción y condenó a la alumna a pagarle daños y perjuicios. ¡A buenas horas! El mal ya estaba hecho.

Ahora, seis años después, el nacionalismo e Internet en plan Torquemada del siglo XXI se alían para desenterrar un hecho juzgado y convertirlo en una inmensa manipulación. Han infestado la red para criminalizar a Ciutadans. No importa que la historia sea falsa, no importa que Iván Tubau no sea militante del partido Ciutadans y mucho menos dirigente como asegura el correo; es lo mismo, se trata de ensuciarlo todo. La misma historia de siempre. En Cataluña te puedes meter con todo, menos con el nacionalismo.

Algunos creen que ha perjudicado a Ciutadans. ¿Y bien? Si Ciutadans no defiende a una persona maltratada e injustamente acusada independientemente del rédito o el perjuicio, ¿en qué se diferenciaría de cualquier otro partido?

Yo no puedo olvidar que mientras la inmensa mayoría de intelectuales callaban, Iván denunciaba el abuso del poder y defendía los derechos de todos sin más ganancia que el riesgo de ser tratado como un apestado. Y sobre todo no debo olvidar, que a un ciudadano cualquiera le han mancillado sus derechos. Gracias, amigo.

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