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Ignacio Villa

Los daños colaterales de ZP

El pacto Zapatero-Más está dejando muchos heridos, muchos damnificados y muchos ofendidos en el camino

Quince días después, la "jugada nocturna y secreta" realizada por Rodríguez Zapatero y Artur Más no está cerrada, y por lo tanto ese golpe que califican de "maestro" las terminales mediáticas del Gobierno se puede convertir en pura dinamita.
 
Es cierto que el poder y el coche oficial narcotiza muchas bocas. Es verdad que también en el Partido Socialista se han acostumbrado a la esquizofrenia de algunos de sus "clásicos". Ya conocemos todos el doble mensaje de Bono, Barreda o Ibarra. Hoy hablan de España, mañana desprecian lo dicho con anterioridad. Un día critican algunas políticas del Gobierno para después recoger velas de forma fulminante. Dicho de otra forma, las bravuconadas de los barones del PSOE no son un buen termómetro para medir lo que está ocurriendo en las tripas socialistas.
 
Con todo, hay que decir que el pacto secreto de Moncloa ha provocado muchos enfados que todavía no están calmados. Por un lado en ERC parecen dispuestos a descolgarse de Zapatero en el Congreso, aunque se mantengan "atados" a la moqueta y al coche oficial en el Tripartito. La realidad es que en el Gobierno catalán según van pasando los días va calando la idea de que han sido traicionados por Zapatero. El mismo del talante y de las promesas al aire ha cogido al Tripartito y lo ha dejado en la cuneta puesto que ya no le interesaba.
 
Pascual Maragall y Carod Rovira que han alardeado, durante meses, de esa gran "sintonía" con Zapatero, ahora se encuentran "tirados" por alguien que no cumple su palabra y que tiene como único objetivo prevalecer en el poder. La realidad es que Zapatero tuvo que aguantar el pasado domingo un buen chaparrón en su visita al PSC, en esa reunión con los socialistas catalanes el presidente del Gobierno escuchó con claridad que él no tiene nada que decir sobre el Tripartito y su futuro. La "bronca" recibida por Zapatero este martes ha tenido su respuesta con el ministro Bono que ha salido al escenario para "hacerle el favor" al presidente.
 
Además a este frente hay que unir el desconcierto de otro de los aliados de Zapatero como es Izquierda Unida. Gaspar Llamazares, fiel escudero del Ejecutivo, se ha quedado descompuesto. Hasta ahora hemos escuchado hasta la saciedad que estábamos ante un Gobierno de izquierdas, ahora con el pacto de CIU el mensaje ha cambiado. Desde Moncloa se habla de un Ejecutivo "centrado", con este panorama: ¿qué pinta Llamazares apoyando a Zapatero?
 
En fin, no hay que engañarse. Después de la foto, del ruido y de las flores de los medios de comunicación adictos al Gobierno ahora llega la verdadera realidad. El pacto Zapatero-Más está dejando muchos heridos, muchos damnificados y muchos ofendidos en el camino. Y en este caso están del mismo lado que el presidente por lo que la feria no ha comenzado. Aquí vamos a ver muchos daños colaterales con resultados imprevisibles.

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