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Juan Manuel Rodríguez

Cassano, otro "ego galáctico"

El tiempo nos dirá si Cassano llegó aquí para removerle las entrañas a un equipo adormilado o si, al final, sólo se convirtió en otro problema más, un problema

Antonio Cassano pone pies en polvorosa de la Roma (quién sabe si también estará huyendo de Francesco Totti) como, antes que él, lo hicieron también Ronaldo del Inter de Milán y David Beckham del Manchester United. Siempre se dio por hecho que sería precisamente Totti, otro extraordinario vendedor de camisetas, el futbolista italiano llamado a engrosar la nómina de ese selecto grupo de artistas del balón que, alguien con ciertas dósis de ingenio, definió un buen día como los "galácticos". Pero no. Por cierto que, puesto en la difícil tesitura de tener que elegir a uno de los dos, Zinedine Zidane, acaso el futbolista con más talento natural que haya surgido de Europa en los últimos diez años, se quedó con Cassano. ¿Quizás tuvo algo que ver la experimentada opinión del señor "embajador" en la elección final de los técnicos del club?
 
Cassano tiene desde hace mucho tiempo, eso sí, una peligrosa fama de "bad boy" en la Liga italiana, un chico malo con ciertos toques genialoides. Los innumerables fans del delantero suelen decir, no sin cierta sorna, que Antonio empieza las jugadas como un dios y las acaba como el mismísimo diablo. Su contratación supondría así la constatación de la noticia adelantada en su día por la Cadena COPE sobre el acuerdo alcanzado entre el Real Madrid y Fabio Capello para el retorno del entrenador. Y es que Cassano, un hombre de carácter realmente complicado, sólo encontró la estabilidad cuando fue dirigido por Fabio. En su presentación no ha tenido inconveniente en reconocer que Capello y él tenían una relación muy parecida a la que puedan tener cualquier padre y su hijo.
 
Cassano ha venido a decir que llega al Real Madrid para regenerarse. El suyo es otro ego de dimensiones estratosféricas, pero la lesión de Raúl facilitará sin duda su adaptación a un vestuario históricamente egocéntrico. No parece que vaya a ser Ronaldo el "pagano" del fichaje de Cassano sino el brasileño Robinho. Su fichaje, deprisa y corriendo, es también un serio toque de atención al ex del Santos. El problema le surgirá a Juan Ramón López Caro cuando el capitanísimo merengue, que ya asomó el otro día su cabecita por el campo de entrenamiento, esté plenamente recuperado. Cassano dice que si tiene que irse al banquillo se irá sin ningún problema. Como, por otro lado, suelen decir todos el primer día de "cole". Pero yo sólo recuerdo dos jugadores que, habiendo demostrado sobradamente su calidad, aceptaran con resignación la suplencia: Solari y Owen. El tiempo nos dirá si Cassano llegó aquí para removerle las entrañas a un equipo adormilado o si, al final, sólo se convirtió en otro problema más, un problema "made in Italy".

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