Cuando Maragall le recordó a Mas que los suyos tenían un problema, y que ese problema se llamaba 3 %, hubo dos tipos de reacciones: las que subrayaban lo irreflexivo del carácter de Maragall, supuesta víctima del síndrome de la lengua suelta, y los que, sin negar lo anterior, exclamaban: ¡Que tres por ciento ni que ocho cuartos, el veinte, señor mío, el veinte por ciento de tajada! Pero la reacción más interesante fue la del propio Mas. Lo suyo habría sido poner cara de bueno y preguntar ¿De qué está usted hablando, presidente? En vez de eso, sentenció: Acaba usted de cargarse el estatuto. Y ahí empezamos a entender a qué están jugando M&M, Maragall y Mas.
No bien hubo alterado el fétido –y mutilado– porcentaje la paz del oasis, la fiscalía se puso a trabajar en la persona de José María Mena, viejo azote de Pujol. Hay toda una generación de fiscales con un olfato tremendo para las corruptelas políticas, siempre y cuando no las hayan organizado los socialistas. Ahí, nada: aunque se paseen junto al estercolero felipista del ministerio del Interior o de Agricultura, por el BOE, la Cruz Roja o el Banco de España, los convolutos de la embajada alemana o la merienda de negros del AVE, la Expo, las filesas y malesas, los roldanes o los cafelitos de miemmano. Nada. Es una especie de gripe del pollo, pero del Pollo del Pinar, que provoca anosmia selectiva, o sea, pérdida del sentido del olfato según quién hieda.
Ya he escrito aquí, y no voy a repetirme, que a CiU le conviene que fracase el estatuto. Precisamente ahora, entre Nochevieja y Reyes, el Juzgado de Instrucción número 3 de Barcelona ha admitido a trámite la querella de la fiscalía contra los aludidos por Maragall. El presidente de las ocurrencias ha invertido la situación a través del mensaje que le envió a Mas en una botella que lleva varios meses viajando por el mar de los tres poderes: no se trata de que tú te cargues el estatuto si empiezan a procesar convergentes, sino de que seguirán procesando convergentes si tú te cargas el estatuto. A Mas le deja dos opciones: o se suma a la estrategia tripartita y se olvida del poder durante unos años, o no se suma y empieza la gran venganza… y se olvida del poder durante unos años. Es lo que tiene ser vulnerable.