Arrigo Sacchi, aquel hombre que se fue del Real Madrid perdiendo prestigio y dinero, ha decidido concederle, así, graciosamente, como quien no quiere la cosa, una completísima entrevista al diario ABC. En la rueda de prensa de su despedida el italiano repartió sonrisas, abrazos, carantoñas y felicitaciones navideñas varias, pero se negó a profundizar, pasando de puntillas italianas por encima de aquellos asuntos que podrían resultarle más espinosos. Por ejemplo: "¿Le pidieron a usted que sustituyera a Luxemburgo?"... "Preferiría no profundizar". Punto. En la rueda de prensa no profundizó pero ahora, sin embargo, cual comandante Cousteau, se zambulle en el diario ABC. Y sin coger aire. ¿Habrá perdido tantísimo dinero y tantísimo prestigio como para decidirse a pasar ahora la factura?
Sacchi dice que Florentino tendría que saber escuchar más. Y escuchó, escuchó, ¡vaya que si escuchó! Escuchó, por ejemplo, cómo alguien muy parecido a Sacchi le recomendaba la contratación de Luxemburgo. "Todas las personas inteligentes tienen un orgullo que no les permite decir que se han equivocado", añade. ¿Y usted, señor Sacchi? ¿Cree usted que se equivocó aconsejando el fichaje de Luxemburgo? Lo digo más que nada porque estamos a puntito de entrar en el año 2006, y a lo largo de todo 2005 no le oí nunca decir "esta boca es mía". ¿Se equivocó o no se equivocó? ¿O es que es usted más orgulloso de lo que parece?
Estos millonetis del fútbol son todos unos verdaderos quejicas, unos auténticos plastas. "¡Señorita, señorita, que el presidente no me hace caso!"... ¡Señorita, señorita, que el presidente no ficha a quien yo le digo!"... Pero sin embargo aguantan, tragan y luego cogen el dinero y echan a correr produciendo en el suelo una polvareda similar a la que levantaba el Correcaminos cuando huía del Coyote. Y después lo largan todo. De la etapa de Florentino Pérez, el único que ha mantenido el pico cerrado ha sido Jorge Valdano. El no se quejó nunca. Le trajeron a Figo. Le ficharon a Zidane. Luego le contrataron a Ronaldo... Amén a todo. Valdano no perdió dinero porque aguantó su contrato como un niño bueno. Ni tampoco perdió prestigio puesto que ser ex director general del Real Madrid viste un montón y le sirve a uno para ir por ahí ofreciendo conferencias. El caso de Arrigo Sacchi es bien distinto. Perdió dinero. Perdió prestigio. Perdió de todo. Pobrecico Sacchi, qué malos han sido con él. ¡Me da una pena!