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Carlos Semprún Maura

Fantasmas virtuales

Francia está muy bien representada en Hong Kong, en la calle por José Bové, y en la cumbre del mamotreto burocrático OMC, por el socialburócrata Pascal Lamy.

Los periodistas en nuestras conversaciones privadas somos muy cínicos y en ocasiones groseros. Pues bien, un rumor circula en las salas de redacción y su versión “afeitada” sale en los medios. Cuando un jefe de estado árabe llega a un hospital francés, no sale, o mejor dicho, sale muerto. Eso ocurrió con Arafat y está ocurriendo con Buteflika. Yo no pienso que se trate de una opción política deliberada, algo así como el reverso secreto de “la gran política árabe” de Francia. Ocurren dos cosas: ya se trate de personalidades políticas o de Durand-Dupont, los hospitales franceses “los mejores del mundo”, matan. Me lo decía Severo Sarduy, cuando me preocupaba porque un médico quería enviarme al hospital, para un chequeo: “¡No vayas! ¡Los hospitales son peligrosísimos! Son caldos de cultivo de todos los virus”. Sarduy era médico. Asimismo, tratándose de personalidades políticas de primer plano, todo el mundo miente, tanto los médicos como el entorno del enfermo. Por ejemplo, si se hubiera dicho que Arafat estaba “en las últimas”, no hubiera surgido el infundio de su envenenamiento por el Mossad.

Pasando a otro tipo de enfermedad, vemos como el paripé de la cumbre de la OMC en Hong Kong se desarrolla conforme a lo previsto, como un minueto. Desfilan algunos centenares de “campesinos pobres”. Desfilan algunos centenares de “campesinos pobres” chinos, con el puño en alto, venidos probablemente de Cantón, para afirmar que pese a las apariencias (y a las realidades económicas), china sigue siendo comunista. Las consignas de éstos antiglobalización son igual de absurdas que las de las demás manifestaciones contra la OMC. Buscando a duras penas en ese aquelarre alguna racionalidad, puede resumirse de su vocerío que exigen de los “ricos” más limosnas para los “pobres”. Pues, aparte de los que van a Hong Kong en bicicleta, los demás líderes de la pobreza son ricos, porque tantos viajes en avión a Seattle, al Brasil, a Hong Kong, cuestan un huevo.

No sé si se han fijado que allí –como siempre–, está José Bové, quetendría que estar en la cárcel, puesto que a prisión acaba de condenarle un tribunal. Pues no, el defensor de una agricultura cara para ricos, el más ardiente, con Chirac, adalid de la PAC Europea, símbolo y fortaleza del “egoísmo de los países ricos”, se manifiesta por las calles. Él no tiene problemas de dinero para viajar, Chirac, especialista de los billetes de avión gratis, lo protege. Será debido a un complejo mal asumido, que el presidente ha encarecido los billetes de avión, demostrando su pericia en el manejo de la “economía liberal”... Francia está muy bien representada en Hong Kong, en la calle por José Bové, y en la cumbre del mamotreto burocrático OMC, por el socialburócrata Pascal Lamy.

Someto a las autoridades francesas una medida radical para solucionar el problema de su gigantesca deuda pública (más de 1.100 billones de euros, o sea el 66% de su PIB): declararse “país emergente” y autoabsolverse de su deuda, como si fuera un país africano. Estoy seguro que un buen ordenador lo puede resolver.

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