David Egea Villalba (San Pedro de Pinatar, Murcia) tiene una pequeña duda. ¿Cómo se cita el título de una obra literaria? ¿Se pone entre comillas o se subraya? Lo convencional es que se subraye, lo que significa que en el texto impreso aparece en cursiva. Las comillas sirven para encerrar una frase literal de un texto, o una palabra o frase que se quiere resaltar. Tradicionalmente, las imprentas españolas han empleado las comillas llamadas “angulares” o “españolas”: << texto >>. A mí personalmente no me gustan. Prefiero lo que es cada vez más frecuente, las comillas llamadas “redondas”: “texto”. A veces se mezclan ambos procedimientos cuando se quiere resaltar una palabra o frase que, a su vez, va dentro de un texto entrecomillado más amplio. En ese caso, la palabra interior puede ir muy bien subrayada o en cursiva.
Ya de paso don David me regala con algunas peculiaridades del habla murciana. Siempre son de agradecer esas aportaciones locales o regionales que enriquecen nuestro idioma. Así, picoesquina (masculino) es para los murcianos la casa que hace esquina o chaflán. A casico hecho equivale a los adverbios “adrede” o “aposta”. La terminación en “ico” resulta muy tierna. Se utiliza en Murcia, en Aragón y, en ocasiones, en mi Zamora de nación.
Cada día que pasa, se aprende alguna cosa nueva referida a las lenguas, dialectos o hablas locales. En este caso es el ferrolano (de El Ferrol) me lo comunica Aura Grandal. Por ejemplo, en esa ciudad coruñesa a los policías se les llama chepas. La palabra es de origen inglés. En los arsenales había unos vigilantes que los ingenieros ingleses llamaban shepherds (= vigilantes, pastores). Se pronunciaba aproximadamente chepads. De ahí, chepas. Hay más voces de ese ferrolano náutico, una especie de criollo cuando la influencia inglesa era notoria en los puertos gallegos. ¡O témpora!
José García Aguilar (Archidona, Málaga) me envía unas muestras de un diccionario de palabras de su pueblo. Es interesante ese trabajo de campo y animo a otras muchas personas, igualmente curiosas, a que vayan componiendo esos vocabularios de sus respectivos pueblos y comarcas. De todas formas, a la vista del vocabulario de Archidona, debo advertir que no se trata tanto de un dialecto sino que más me parece un habla. Algunas de las variantes que veo son comunes a la forma de hablar de otras zonas andaluzas. Ahí van algunos ejemplos por si pudieran servir de pista a otras averiguaciones:
Como puede verse, ese tipo de variaciones podrían encajar perfectamente en la figura de lo que aquí llamamos trabucamientos o trabucazos. No los veo tanto como errores o defectos sino más bien como un colorido popular del habla corriente. Ya sé que los puristas no estarán de acuerdo, pero aquí no estamos para convencer a nadie.
Pedro Pérez aporta una palabra del Páramo Leonés y de Tierra de Campos: canuel, como equivalente de bobo, simple, poco hábil. No me suena esa voz. Tampoco la recoge el completísimo Diccionario del castellano tradicional de César Hernández Alonso. Queda incorporada al Diccionario Digital de Denuestos (DDD), tan útil en estos tiempos.
Son varios los libertarios que me corrigen mi apreciación de que Portugal tiene una sola lengua. Por lo visto me olvidé del mirandés (Miranda do Douro). Es una variante del dialecto asturleonés que se habla en la zona zamorana lindante con la raya portuguesa. Acepto la corrección.
Jorge Botana (Santiago de Compostela, La Coruña) precisa: El castrapo es de dos tipos. Por un lado están los distintos dialectos “castellano galleguizado”, singularmente los de La Coruña y Ferrol. Por otro hay un dialecto mucho más homogéneo, que es el gallego castellanizado, normalmente el de los medios de comunicación. Se distingue del gallego coloquial, que admite por su cuenta otros castellanismos. Gracias por la precisión.
Emilio Rey (Madrid, gallego de origen) considera que las identificaciones regionales o nacionales no son excluyentes. Concretamente, el ve a Galicia no con la frontera en el Padornelo sino en los Pirineos. Para contrarrestar el nacionalismo pequeño, don Emilio propone “aumentar la cultura del pueblo y el nivel cultural de los gobernantes”. Mucha confianza en la cultura me parece a mí esa. Los nacionalistas más radicales suelen ser profesores de la Universidad y gente bastante leída.
Julio Torres (Málaga) relata un viaje placentero de vacaciones que ha hecho por Mallorca con su esposa y sus dos hijos. Se han sentido extranjeros, pues prácticamente todos los carteles y avisos de organismos públicos estaban solo en catalán. Con las personas del común no han tenido ningún problema de comunicación, pero sí con los organismos públicos. Han escrito quejándose a diversas instituciones baleares, pero ninguna les ha contestado. Conviene aclarar que la Comunidad Balear está gobernada por el PP. Añado yo: Jaume, toma nota.