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Carlos Semprún Maura

Éramos muchos y parió la abuela

el más carca de todos es José Bové, xenófobo, antisemita, defensor de una agricultura cara para ricos, amén de subvencionada y protegida, que contribuye eficazmente a mantener en la miseria a los campesinos africanos

Segolène Royal, François Hollande, Jack Lang, Dominique Strausse-Kahn, Laurent Fabius, Bertrand Delanoc, Martine Aubry, Lionel Jospin, Michel Rocará (¿se me olvida alguno?), son los candidatos socialistas, más o menos explícitos, a la candidatura del PS para las presidenciales de 2007. Y desde la semana pasada a bombo y platillo (es un decir) Bernard Kouchner se tira al ruedo. Bueno, también está rondando por allí, olfateando los traseros de las perras en celo, Bernard Tapie, y éste tiene una baza: ha sido procesado y encarcelado (brevemente), por estafador. Estos son los que pretenden convocar a su favor a los electores socialistas, y, a ser posible, a toda la izquierda. Pero también hay candidatos que reivindican los votos de la izquierda y la extrema izquierda, y el más carca de todos es José Bové, xenófobo, antisemita, defensor de una agricultura cara para ricos, amén de subvencionada y protegida, que contribuye eficazmente a mantener en la miseria a los campesinos africanos. Buenos argumentos para que la extrema izquierda se entusiasme.
 
¿Con qué oportunidades cuenta Kouchner y cuál es su programa? Lo explica en una entrevista en Le Nouvel Observateur, y otra, por televisión, los domingos por la tarde (salvo los tres meses y pico de vacaciones “escolares”), en el veterano programa “Le Gran Jury RTL”. Kouchner es miembro del PS, pero no es popular en su partido, y no obtendría la investidura del partido. Esto lo sabe mejor que nadie, y por lo tanto hace un llamamiento a la sociedad civil, al margen y por encima de los partidos. Algunos creen que su iniciativa tiene un toque gaullista, pero se equivocan rotundamente, porque de Gaulle tenía tres coartadas históricas fundamentales: 1. Fue el general rebelde que se marchó a Londres, llamando a continuar la guerra contra los alemanes y sus cómplices de Vichy; 2. Logró imponerse como jefe de la France Libre y de la Resistencia (asesinando de paso al general Giraud, por si las moscas), y fue el primer jefe de gobierno de Francia liberada (por los norteamericanos); y 3. Terminó la guerra de Argelia, en condiciones a veces dramáticas, pero la terminó. Y, además, tenía su partido, el RPF, que ganó todas las elecciones, y cuando perdió una –un referéndum– de Gaulle dimitió tal y como había prometido.
 
Nada tiene que ver con elfrench doctor, pese a sus ínfulas y a su autobombo. Éste se basa en unos sondeos que periódicamente consultan a los franceses sobre qué personalidades les resultan más simpáticas, y en los que Kouchner sale bien parado y, a menudo, como el político con más glamour. Pero hay que saber que quien encabeza dichos sondeos, y desde hace años, es l’Abbé Pierre, seguido por Zidane, o Noah. Se me dirá que no se trata de políticos, pero cabe preguntarse si Kouchner lo es. Yo me tragué íntegra su entrevista de ayer (sacrificando una estupenda película policíaca....) Pude constatar, una vez más, que tiene desparpajo y sabe manejar la televisión. Sus críticas a su partido y a su último congreso fueron duras y acertadas, pero sus camaradas se lo han puesto en bandeja. En cuanto a su “programa”, se parecía a un cóctel destinado a los salones azules de la “gauche divine”: una pincelada de izquierdismo, unsoupçonde liberalismo disfrazado, una de cal, otra de arena, y, descubrimiento fenomenal: la globalización existe. Fue, eso sí, el único político que, hablando de los levantamientos en los suburbios, aludió al islam radical, pero, para ningunearlo enseguida, como un fenómeno marginal y ultra minoritario. Para disimular su soledad afirmaba continuamente: “Yo, bueno, no sólo yo, claro, yo y mis amigos...” ¿Quiénes serán estos? ¿Brigitte Bardot y Christine Ockrent?.

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