Parece que, en lo que al espinoso "caso Carlos Jiménez" se refiere, Florentino Pérez haya optado por el "plan C". Cuando fichó a Ronaldo y todo dependía del traspaso de Morientes al Barcelona, Valdano se quedó aluciando tras comprobar que el presidente merengue le había estado soltando carrete a Joan Gaspart. Florentino era perfectamente consciente de que, en el último segundo del último minuto antes de que concluyese el plazo, Gaspart daría marcha atrás. El Barcelona nunca estuvo realmente interesado en Morientes, lo único que pretendía era boicotear el fichaje de Ronaldo por el Real Madrid. Florentino y Gaspart estuvieron jugando al póker y al final la partida la ganó el presidente del Real Madrid. Hoy Ronaldo viste de blanco. Y nacionalizado además.
Ayer todo el mundo estaba pendiente de los gestos que pudieran protagonizar Fernando Bermúdez, presidente de Estudiantes, y el propio Florentino Pérez. Real Madrid y Estudiantes jugaban en el Palacio de Vistalegre. Pero, al final, Florentino ni siquiera apareció por el palco. Y ya me dirán ustedes qué valor tiene un abrazo entre Bermúdez y Emiliano Rodríguez. Ninguno. Florentino ha optado por el "plan C", mostrándose intratable y dejando que el asunto se pudra. Bermúdez tampoco cede pero, ahora mismo, Estudiantes tiene en sus filas un jugador ovacionado por la afición madridista e injustamente vilipendiado por la "Demencia". El Real Madrid no pierde. Marko Tomas tiene veinte años y un futuro esplendoroso por delante. Pierden Estudiantes, que vuelve a ser colista de la Liga ACB, y pierde Jiménez. No había más que verle la carita en el partido de ayer.
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