Luis Figo afirmó con vehemencia el otro día desde Italia que él sería ahora mismo titular en este Real Madrid. Yo así también lo creo. Figo siempre puso a buen recaudo su dignidad como futbolista y cuando vio que le querían jugar una mala pasada optó por cambiar de aires. En la entrevista concedida al diario Marca habla también de su "estabilidad familiar" y dice que una persona jugó con ella en dos ocasiones. Lo más cómodo para Luis, que es un jugador honesto, habría sido permanecer en Madrid cobrando una "morterada" y sentadito en el banquillo, pero eligió seguir poniendo las cosas en su sitio. De todas formas, ¿cuántos futbolistas y no futbolistas encontraríamos dispuestos a poner en cuarentena durante cinco años su estabilidad familiar por cinco mil millones de pesetas?...
Lo más duro, sin embargo, lo tenía reservado Figo para Luxemburgo. No creo que el portugués pueda alegar una mala interpretación de sus palabras. Dice Figo que en el Real Madrid hay una persona que hace las alineaciones, y esa persona no es precisamente Vanderlei Luxemburgo. Hace bien poco Silvio Berlusconi, presidente del Gobierno italiano y máximo accionista del Milán, no se escondió a la hora de decir que él hacía las alineaciones de su equipo: "Esta mañana me han pasado la revista de prensa deportiva y se habla del Milán de Sacchi, de Zaccheroni y de Ancelotti, pero nunca del Milán de Berlusconi. Sin embargo, soy yo quien desde hace dieciocho años hace las alineaciones, dicto las reglas y compro los jugadores". Que yo recuerde, nadie le llevó la contraria entonces.