Asistimos, de un tiempo a esta parte, a la "maragalización" del arbitraje español. O quizás sea que la política catalana se ha "victorianizado", no lo sé. El caso es que, uno por otro, Maragall por Victoriano, ambas casas, la Generalidad y el Comité Técnico de Árbitros, están sin barrer. Por si ho hubiéramos tenido bastante con el amago de plante del mes de agosto, los árbitros y jueces de línea de Primera y Segunda División han vuelto a convocar esta mañana a los medios de comunicación en Madrid para exigir respeto hacia su labor y pedir que dejen inmediatamente de utilizarles para atacar a la Federación de Villar. Paparruchadas.
El presidente Villar, quien por cierto ya naciera "maragalizado" y que es también un maniqueo de padre y muy señor mío, dijo anoche en "El Tirachinas" de la Cadena Cope que los "hermanos mala sombra" estábamos dudando de la honorabilidad de los árbitros españoles. Más paparruchadas todavía. Nadie ha cuestionado nunca de la honradez de nuestros colegiados sino de su preparación, dedicación y profesionalidad. Villar debería saber perfectamente que uno puede ser honrado y torpe al mismo tiempo, ambas circunstancias son compatibles. Los que sí han ofendido la inteligencia de directivos, jugadores, aficionados y periodistas han sido los responsables del CTA al pretender convencernos de que hoy es domingo cuando resulta que es martes.