Si lo he recordado ahora, debe ser porque acabo de leer que Zapatero y la Eta al fin se han entendido; seguro que ha sido por eso. Aunque conozco la historia desde que se la oí contar a la Fallaci en una conferencia, hace años. Ella lo había sabido –según nos confesó– por uno de los dos protagonistas, Pietro Nenni, el gran líder histórico del Partido Socialista Italiano y combatiente laureado de las Brigadas Internacionales en España. Sucedió en Cannes mientras corría el mes de junio de 1922. El secretario general de los socialistas y el otro, antiguos camaradas, pasearon durante toda la noche del brazo y en animada charla, hasta arribar de madrugada al paseo marítimo de Niza. Allí, aún habrían de seguir con sus amigables cuitas hasta mucho después de que hubiera salido el sol. Porque sólo una coalición invencible entre el sueño y el cansancio iba a poder separarlos. Llegado ese triste instante que ambos pujaban por aplazar, se despedirían. “Adiós, Beni”, susurró el líder del antifascismo; “Adiós, Pietro”, correspondió con naturalidad aquél. Pues Beni siempre respondía por ese diminutivo cariñoso ante los amigos de los viejos tiempos, como Pietro. Aunque únicamente ante ellos; frente al resto de los mortales jamás dejaría de ser Benito Mussolini, Il Duce.
José García Domínguez
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El reencuentro
el PSOE y la Eta, aunque no quieran reconocerlo, caminaron juntos y del brazo durante un largo trecho del camino: todo el franquismo
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