Ha sido Juan José Ibarretxe, el presunto lehendakari de todos los vascos con los dos votos del Partido Comunista de las Tierras Vascas gracias a la no ejecución de la legalidad vigente por parte del Fiscal General del Estado quien ha descubierto el pastel. Le ha dicho al presidente del Gobierno, al que le debe su nuevo mandato en Vitoria, que no niegue públicamente lo que hace por detrás. Es decir, que deje de mentir a los españoles y diga de una vez que está pactando con Batasuna-ETA.
Ibarretxe hace con ZP lo que la banda terrorista ha hecho siempre con el PNV, descubrir sus trampas y su juego sucio por debajo de la mesa. El momento más significativo fue el pacto de Estella donde el PNV estableció una unidad de acción nacionalterrorista hoy más firme y fuerte que nunca. Fue la ETA la que le quitó la careta al partido de Sabino Arana y sacó a la luz un pacto negado hasta la saciedad por el PNV y que constaba hasta por escrito.
Pues bien, ZP ha aprendido la estrategia. Sabe que aupando a los nacionalistas extremistas al poder en Cataluña primero, en el País Vasco después y en Galicia próximamente, se moverá ostensiblemente el árbol. Agitar la intolerancia, el agravio por el agravio y el saqueo público de las arcas del país convenientemente revestido mediáticamente por Polanco y sus satélites le convertirán en el salvador de los problemas que él mismo ha creado.