En los terrenos que hoy ocupa el Hotel Alfonso XIII, rebautizado Andalucía Palace durante el quinquenio republicano, hubo unos jardines, los Jardines de Eslava, y en ellos, en un cine de verano, vio mi padre el cine por primera vez. También se daban conciertos al aire y libre, y una tarde que mis padres paseaban por los contiguos Jardines de Cristina, se encontraron con un paisano de Zufre que les dijo, según mi madre refería: “Ahí vengo de escuchar un gorpe e mújica”. Muchos años más tarde, en los 50 por lo menos, el Atlético de Madrid tuvo un medio ala especializado en lanzar golpes francos, y ese medio ala se llamaba Múgica, de suerte que entre los cronistas deportivos haría carrera y fortuna la expresión del cateto de mi pueblo.
Las idílicas relaciones de la Casa de Alba con los socialistas pasaron una crisis en los años 80 cuando la Junta de Extremadura intentó expropiarle a la duquesa unas dehesas o unos cotos de caza. Coincidieron en un acto público el duque consorte Jesús Aguirre y el Ministro de Justicia Enrique Múgica, y éste le espetó a aquél: “Veo que vas por la vida de terrateniente absentista”. Y le contestó Jesús: “Peor es ir de golpista, como tú”.