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Juan Manuel Rodríguez

El "dos de bastos" de Tavernes

A Ferrando le echaron a la calle sus pésimos resultados al frente de uno de los clubes históricos del fútbol europeo. Si don César es más feliz racionalizando su propio fracaso, allá él

En la rueda de prensa posterior a la eliminación del Atlético de Madrid (¡ante Osasuna de Pamplona!) en la Copa del Rey, César Ferrando se llenó la boca dando doctrina sobre lo valiente que era él y lo cobardes que eran (o éramos, quizás) los demás. Pero en cuanto su representante ha conseguido amarrar el finiquito por una temporada (la que, equivocadamente, le amplió en su día el club) que al final no va a trabajar, Ferrando ha empezado a repartir por ahí "gominolas" para todos, especialmente para el presidente Enrique Cerezo, a quien llama despectivamente el "cuatro de copas"... ¿Valentía?... ¿Cobardía?... Me río yo de los valientes que se llevan ciento cincuenta millones brutos al año.
 
Dice Ferrando que Cerezo forzó su salida. ¡Error, craso error!... La salida de Ferrando la ha provocado una temporada lamentable, un año futbolístico plagado de frustraciones y mal juego por parte del Atlético. En su afán por defender lo que no tenía defensa posible, Ferrando llegó a esgrimir la peregrina idea de que él había empezado por trabajar la línea defensiva y que eso había dado buenos resultados puesto que el equipo sólo había encajado 34 goles, habiéndose convertido en el tercero menos goleado de la Liga únicamente por detrás de Barcelona y Real Madrid. Supongo que, línea por línea, Ferrando se habría dedicado luego a trabajar con los porteros, más tarde con los centrocampistas y, por fin, habría llegado a los delanteros allá por la temporada 2007-2008. Una línea, dos líneas, tres líneas... ¡Bingo!... A eso le llamo yo un proyecto a largo plazo, sí señor.
 
Lo único cierto es que el Atlético acabó clasificado en undécima posición de la Liga. Terminó con cincuenta puntos, los mismos que sumó el Zaragoza y sólo tres más que el Getafe, equipo recién ascendido a Primera División. Se quedó a ocho puntos de la Copa de la UEFA y a doce de laChampions League. El Barcelona, que al final acabó ganando el campeonato, sumó treinta y cuatro puntos más que el Atlético de Madrid, mientras que el Real Madrid, su eterno rival, acabó con ochenta, treinta más que el equipo "colchonero". Hace falta estar desorientado, pensar que somos todos tontos de baba o no tener ni puñetera idea para afirmar que, con ese lamentable bagaje a las espaldas, Enrique Cerezo forzó la salida de nadie. A Ferrando le echaron a la calle sus pésimos resultados al frente de uno de los clubes históricos del fútbol europeo. Si don César es más feliz racionalizando su propio fracaso, allá él. Puede que Cerezo fuera el "cuatro de copas", ni lo sé ni me importa, pero Ferrando no ha sido más que un "dos de bastos". Y cuando sacó el "as de espadas" ya había terminado la partida. Usted cantó tarde las "cuarenta" entrenador.

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