Los pactos con el diablo se suelen firman con sangre. No fue un secreto el pacto que los socialistas en mayoría insuficiente tuvieron que firmar con los demonios familiares del separatismo para adueñarse del Poder. Tampoco lo fue el pacto previo entre éstos que llevó a la creación del Club de Perpiñán. La sangre la pusieron los muertos de Atocha. Pecan, pues, de ingenuos los que crean que la imponente manifestación convocada en Madrid por la AVT el 4 de junio podría obligar al Presidente del Gobierno a incumplir los graves compromisos contraídos. Es harto elocuente el afán por clausurar la comisión investigadora mientras no hay día sin revelaciones inquietantes. Cómo serán éstas que quienes exigían la verdad ahora no quieren saber nada de ella.
Aquilino Duque
El Club de Perpiñán y los demonios familiares
La manifestación contra el Club de Perpiñán fue un éxito y de nada sirvieron las mezquinas maniobras disuasorias de sus socios
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