Sucedió lo inevitable. Se fue "Sandruscu". Después de Mortadelo, Filemón. 4-3 en el marcador. Vicens, Ingla, Soriano y Godall sí dicen reconocer todavía a Joan Laporta, mientras que Rosell, Monés y Bartomeu insisten en que el presidente ya no es el mismo. Se especulaba con que Jordi Moix, encargado del área patrimonial, pudiera deshacer esta pírrica victoria de los vicepresidentes, pero parece que Moix se queda por el momento en el club, de forma que continúa ese apretado Laportianos, 4- Roselistas, 3, a la espera de que empate de cabeza la señorita Ofelia. El "Súper" se queda un poquito más sólo. La "TIA culé" ya no será lo mismo sin Mortadelo y Filemón.
Llama la atención el ansia autodestructiva del Fútbol Club Barcelona, un club que parece condenado a no poder disfrutar plenamente de los éxitos obtenidos. El primero en distraer la atención de la celebración liguera fue el goleador Samuel Eto'o, y tras la lamentable intervención del delantero africano ha llegado ahora este "Big Bang" a la catalana, una expansión de directivos en todas las direcciones. ¿Morirá de éxito este Barça diseñado por los nuevos "yuppies" culés?... ¿Acabará Laporta no reconociéndose a sí mismo?... ¿Terminarán convirtiendo al nefasto Joan Gaspart en un ejemplo a imitar?... ¿Volverá "Napoleón" Núñez?... Está bastante claro que "tot el camp" no "es un clam".