Si la expresión "suerte del campeón" tuviera que aplicarse para algún piloto este domingo en el mítico circuito de Nurburgring sería, sin duda alguna, para Fernando Alonso, aunque también es verdad que esta suerte hay que buscarla. Alonso se ha llevado una carrera que tenía casi perdida desde el principio con la sexta plaza que ocupó en la parrilla de salida.
La carrera estaba destinada a Raikkonen, como siempre el más rápido en la primera mitad de carrera. El finlandés se puso en cabeza tras la primera curva –en la que hubo como casi siempre incidentes– doblando sin mucho problema a Nick Heidfeld. Por detrás, Ralf Schumacher hizo su aparición –cómo no– con un incidente, pasándose de frenada y embistiendo a Alonso, que con un certero golpe de volante pudo evitar una salida de pista o un trompo casi seguros. Primer golpe de suerte para Alonso que no sufrió daño alguno en su R25. El español siguió con un buen ritmo instalándose en el quinto lugar. Por detrás, también en la curva Castrol –la primera del circuito tras la recta– perdieron posiciones Montoya y Webber, que a la postre significó el abandono del australiano.
El segundo golpe de suerte de Alonso fue la sanción que se le impuso a Trulli, que le dio el cuarto lugar. Por delante, Raikkonen seguía aumentando su diferencia seguido de cerca por Heidfeld y más atrás por Coulthard y Alonso. El rendimiento del alemán –autor de una perfecta pole el sábado– era fuerte gracias a que partió con menos gasolina que los demás y eso le llevó a ser el primero en entrar a boxes (vuelta 12), demostrando que seguiría una estrategia de tres paradas. Siete vueltas después lo hizo Raikkonen casi al mismo tiempo que Coulthard. El escocés quedó fuera de la lucha por el podio tras recibir una sanción por superar la velocidad permitida en la línea de boxes. Alonso esperó y entró a repostar en la vuelta 23, saliendo en tercer lugar a 18 segundos de la cabeza de carrera.
Los primeros problemas llegaron para Raikkonen en la vuelta 30 cuando se salió de pista aunque logró dominar su McLaren. Heidfeld aprovechó para ponerse primero pero por apenas una vuelta ya que tuvo que volver a boxes. El finlandés sufría dificultades notorias en su tren delantero y más de una vez tuvo que bloquear los frenos. Eso fue desgastando su neumático derecho, situación clave para el resultado final. En la vuelta 42 volvió a entrar a boxes y Alonso lo hizo en la 45, aunque poco antes el español dio el susto al salirse en la curva Dunlop. Tercer golpe de suerte, aunque en este caso fue la pericia del piloto la que le permitió regresar a pista.
A estas alturas de carrera, Raikkonen ya sufría graves problemas con su neumático que perdía cada vez más adherencia y le hacía perder preciosos segundos. Detrás, Alonso comenzó a recortar la distancia con el finlandés hasta llegar a los cinco segundos a apenas cinco vueltas del final. Pero parecía que Raikkonen aguantaría si lograba una ventaja de al menos 1,5 segundos en la última vuelta. Y así fue, pero con lo que no contaba el finlandés era que su neumático diría basta al final de la recta. El neumático literalmente explotó y el piloto perdió el total control de su McLaren, que salió despedido contra la barrera, no sin antes pasar a poquísimos centímetros del Bar-Honda de Jenson Button. Aquí pudo verse la efectividad de los cables que sujetan los neumáticos ya que sin ellos Raikkonen hubiera recibido un duro golpe contra su casco, poniendo en peligro incluso su vida.
Alonso se encontró con un regalo inesperado en este GP de Europa pero que buscó en especial durante las últimas vueltas. La mala suerte regresa al finlandés, que parecía haberse librado de ella tras su tres últimas victorias. Ahora, el español tiene 32 puntos de ventaja sobre el finlandés y también sobre Jarno Trulli. Esto le permite terminar esta primera etapa europea con una ventaja considerable, y asegurarse el liderato a su regreso tras la visita de la F1 a Norteamérica con los GP de Canadá (12 de junio) y de EEUU (19 de junio).