Tantos esfuerzos, tantos viajes recorriendo España, tanta moral de estado en la lucha contra el terrorismo para, tras una sola cena, aparcar definitivamente el autobús de la lucha por la libertad de las víctimas del terrorismo en el Palacio de la Moncloa bajo la bandera blanca de Perpiñán. Fernando Savater, filósofo, fundador del Foro de Ermua y más tarde de Basta Ya, estandarte de la intelectualidad en la tardía avanzadilla contra los asesinos tras treinta años de muertos encima de la mesa, ha decidido hacer una nutritiva pausa entre amigos cuyos asistentes al festín se niega a desvelar.
Una cena de fin de semana provocada por el jefe del Ejecutivo ha bastado para convertir al moralista a las filas del ocultamiento al Parlamento de los contactos de Zapatero con ETA. Un agape nocturno y con nocturnidad, entre el “sabio” y el presidente, que da el espaldarazo que Zetapé y su Alto Comisionado necesitaban para asestar un nuevo golpe bajo, aunque con seguridad, no será el último, a la Asociación de Víctimas del Terrorismo.
Y es que, no contento con el nutritivo parking, Savater se ha convertido además en el ariete contra la AVT, contra su manifestación calificándola de “absurda”, lo que demuestra la enorme preocupación del Gobierno monclovita de Perpiñán ante el más que probable éxito de la convocatoria del próximo 4 de junio. Si faltaba Peces ahora llega el autobusero Sabater, pero afortunadamente, somos muchos más los que sin ser sabios, ni hacer de voceros de nadie, estamos incondicionalmente con las víctimas del terrorismo, antes, ahora y siempre.
Cree el converso Savater que ETA no quiere contrapartidas políticas. “Dar salida a los presos de ETA” como él mismo ha explicado que le dijo de su propia boca el indigno presidente ¿no es un precio político? El docto autobusero sabio dice que sólo es ETA la que busca al Gobierno para pactar. Ignora el viajante de la sabiduría la resolución del Congreso pidiendo, rogando diálogo con los terroristas y la respuesta de los mafiosos en forma de bombas. Oculta el prolífico erudito el costoso pago por adelantado al PCTV y el bastón de mando de la vida política vasca a la victoriosa ETA.
Claro que la sabiduría del régimen polanquista de Perpiñán tiene recompensas: las cartas de "matización" del otrora lúcido baluarte contra el totalitarismo las remite ya el mismísimo Palacio de La Moncloa.