Un juez de primera instancia ha suspendido cautelarmente el III Congreso que Coalición Canaria iba a celebrar la próxima semana, según se ha sabido este miércoles. Uno de los doce partidos que integran la federación, el Partido Nacionalista de Lanzarote, había denunciado a Paulino Rivero por imponer la designación de los compromisarios de esta isla, en contra de la autonomía que la coalición reconoce a los partidos insularistas que la componen.
El juez ha observado indicios de que el presidente de CC vulneró los Estatutos y ha ordenado la suspensión del Congreso. El episodio revela el avanzado estado de descomposición de la fuerza política que ha gobernado Canarias y surfeado en todas las olas de la política nacional desde 1993, ininterrumpidamente.
Con ser inaudita, la intervención judicial del congreso no es el hito más elocuente de una desintegración infestada de odios pandilleros. Alguien se ha acordado de la Guerra de los Rose, pero ésa es demasiada intertextualidad para Paulino Rivero, el alcalde de El Sauzal (Tenerife) que juega al dominó en la taberna martes y jueves, y acomoda a los comisionados del 11-M lunes, miércoles y viernes. En realidad, el fin de CC está más cerca de una ronda de la mara salvatrucha.