Resulta raro descubrir en la actualidad a un joven verdaderamente de su tiempo. Porque el tiempo de la juventud, éste de ahora que les ha tocado, no es precisamente muy favorable a jóvenes que decidan ir a contracorriente de la masa radicalizada en aras de la memez millennial. Pero un joven de su tiempo, o sea del suyo individual y no enmasacotado, también puede querer decir que va a decidido y contrario con inteligencia a lo que su época le impone y que se alza y se planta con su verdad y con sus ideas.
Manuel Robles-Villamarín es un muchacho cubano miembro del Movimiento Cristiano Liberación. Reside en Miami. Es un profesional, que trabaja y estudia. En Panamá, durante las Jornadas Mundiales de la Juventud, se destacó por su brillante oratoria, aunque ya desde Cuba había sido amenazado de muerte por su activismo político en favor de la libertad y la democracia.
En Panamá, durante esos eventos de las juventudes cristianas, brilló como un miembro activo del Movimiento, y sus acciones políticas van tomando un giro sorprendente. Ya había participado en un evento similar en 2011 en Madrid, donde probablemente quiso pasar inadvertido.
Jovial y hasta medio músico y bailador, ha sido crítico de la posición de un cierto estamento de la Iglesia cubana respecto al régimen, pero al mismo tiempo es un profesional serio, comprometido y ocupado de lo mejor y más bello de la iglesia: la hermandad y la verdad.
Recientemente una queja suya sobre la inclusión en el Docat (catecismo para jóvenes) de una foto del Che Guevara logró las disculpas de los editores, y que sería tenida en cuenta para futuras ediciones.
Por jóvenes como estos es que vale la pena continuar defendiendo la vida y la belleza de este mundo.
No lo olviden: Manuel Robles-Villamarín. Un joven de su tiempo, católico, miembro del Movimiento Cristiano Liberación (MCL). Por su compromiso con la verdad, con la libertad de Cuba, con el mensaje liberador del Evangelio y con el MCL, ha sufrido represalias del régimen castrista e incomprensión de aquellos que dentro de la propia Iglesia cubana son enemigos de la dignidad de los seres humanos.