El presidente francés tuvo ayer su primer encuentro anual con la prensa. Varios temas de suma importancia debían de ser tratados, ninguno escapó a los periodistas, quienes seguramente no esperaban encontrarse con un presidente sumamente resbaloso, y con un Hollande tan parecido a quien le precedió en su puesto, y al que tanto él mismo atacó durante su campaña: Nicolás Sarkozy.
Hollande prometió durante su campaña que bajo su mandato Francia no haría camino hermanada con Alemania, o sea, lo contrario a los planteamientos de Sarko. Bien, ayer, afirmó casi que Alemania trazaría las pautas a seguir y a obedecer.
En cuanto a la parte económica, el Pacto de Responsabilidad constituyó el plato fuerte: simplificación de la parte administrativa, bajón en las cotizaciones (nada para dar saltos) frente a los compromisos patronales en materia de empleo y diálogo social. O sea, lo más efectivo para mantener contento al Medef (Movimiento de Empresas Francesas). En el camino de Sarko… y tal como ha dicho de manera irónica, o no, Jean-Pierre Raffarin (antiguo ministro de Sarkozy, de la UMP, partido en la oposición), quien "saluda" la "conversión" de Hollande en materia económica: "¡Por fin me ha escuchado!", queriendo insinuar, siendo él un liberal convencido, que en lugar de seguir en la línea de un presidente social-demócrata, tal como afirmó ayer Hollande que era, finalmente ha ido transformándose en un demócrata liberal, más cercano de las ideas de centro derecha, que de las de la izquierda.
Por otro lado, emulando también a Sarko, quien a mi juicio en una situación parecida salió mejor parado, porque Sarko se casa siempre, y Hollande jamás, el presidente no quiso abordar de manera franca su vida privada pese al escándalo tan sonado ante la situación inédita de una primera dama al borde o más allá del ataque de nervios, ingresada en un hospital en estado crítico, y una actriz como amante, por la que muy probablemente se jugó él mismo su seguridad personal en más de una ocasión; inclusive si ayer aseguró que nunca puso su vida en peligro. Con lo que no está de acuerdo el paparazzi que tomó las fotos de Closer.
De modo que nos quedamos sin saber pormenores acerca del affaire de jupons y de la patética situación en la que se encuentra la primera dama, si es que seguirá siéndolo, o si la actriz Julie Gayet la reemplazará; o si, como en el chiste cubano del marido que encuentra a su mujer con el amante en el sofá de su casa y termina botando el sofá, finalmente se eliminará la presencia de una primera dama en el gobierno, cuya existencia legal no existe.
No podría yo estar más de acuerdo que con Michèle Cotta, pillada con el micro abierto, cuando expresó sin darse cuenta, claro, que estaba en directo, que había encontrado al presidente "moche et minable". Yo también. Y para colmo, también lo vi como iluminado, y nada más peligroso en época de crisis que un iluminado.
Por supuesto, también acuño el comentario de Raffarin:
Sur le plan politique, il est évident que François Hollande reste un candidat redoutable. Sera-t-il un jour un président efficace? Nous le verrons bien, il est de toute évidence plus à l'aise dans la promesse que dans l'action. ("En el plano político, es evidente que François Hollande sigue siendo un candidato primordial. ¿Llegará a ser algún día un presidente eficaz ? Veremos, es evidente que se siente más cómodo en la promesa que en la acción").