Menú
Zoé Valdés

'SanChé' en Cuba

¿A qué viajará SanChé, puño en alto cantando La Internacional, a la isleta de los Castro? Pues a lo que van todos los cerebritos formateados por el comunismo.

¿A qué viajará SanChé, puño en alto cantando La Internacional, a la isleta de los Castro? Pues a lo que van todos los cerebritos formateados por el comunismo, a que el viejo y segundón dictador le rasque el piojito, como la cotica oportunista y repetidora que es, y a tirarse la foto con el títere de turno, el Richard Gore cubano, el Caca Canel, para de tal modo legitimarlo un poco más. Y a lo que fueron Chávez y Maduro, a recibir consejos sobre cómo destrozar de un puñetazo en el mapa a esa España que a él se le antoja, sin ningún respeto, franquista y retrógrada, facha en su totalidad.

Pedro Sánchez, o SanChé, como yo lo llamo, tiene un gran problema o varios problemas: es fatuo y sabe que lo es, es plagiador y sabe que lo es, es mentiroso y fraudulento, como la mayoría de sus ministros, y sabe que él lo es y que los ministros lo son, además es un presidente no elegido en elecciones, sino impuesto mediante una moción de censura, y para colmo no tiene vergüenza, no dimite con todo lo que se ha descubierto sobre su persona y sobre su personal, y para más inri se manda preparar ego-trips al estilo de mega estrellas del show business, como este de ahora a la isla esclavizada. Para conseguir qué. ¿Qué logrará SanChé con ese viaje? Como no sea regalarle la millonada de euros que exigirá el régimen a cambio, si acaso, de un preso político. Y lo peor, no olvidarlo, es comunista y sabe que lo es.

Da pena este reconocimiento de otro presidente español a la tiranía más longeva del planeta, junto con la de Corea del Norte; da vergüenza e ira.

Nada resolverá su fatua presencia en Cuba, nada aportará la pobreza de su verbo ni la flaqueza de sus acciones a favor de las libertades, o de la sociedad civil cubana. Sólo alcanzará a lo que alcanzó Barack Obama, a insuflar respiración artificial a esa familia tiránica, conformada ahora por Castro II, el muñequete actual, el hijo Alejandro Castro Espín y la hija Mariela Castro Espín y su marido italiano, junto al exyerno de Castro II, el traficante en la sombra, Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, flamante presidente de Gaesa.

No he oído que ningún otro partido de la oposición haya promovido de manera enérgica que este viaje hubiese sido impedido, que no hubiera tenido lugar. Se han escuchado, menos mal, aunque para mí resulta poco, proposiciones de actos que, desde luego, el señor presidente, moción de censura mediante, no cumplirá. SanChé consumará exclusivamente con la agenda impuesta por los Castro. Tan es así que mientras que el embajador castrista en España, espía expulsado de Estados Unidos, participaba en una entrevista televisiva con Pepa Bueno, que se quedó muy calladita frente a los desvaríos y mentiras del policía político, por su parte al embajador español en Cuba no le han permitido brindar ninguna conferencia de prensa televisiva, ni siquiera ha participado algunos minutos, los mínimos, en un programa de televisión local, para que los cubanos puedan por fin enterarse, al menos, de los objetivos de la visita del presidente español a Cuba. Claro, el ministro de Exteriores, José Borrell, tampoco ha exigido la homologación de actividades de su personal diplomático.

O sea que, para empezar, el viaje se estrena bien mal, en desequilibrio absoluto, y con los intereses más que planchados y estirados del lado de España. En cuanto a los intercambios humanos usuales de los Gobiernos españoles con el castrismo, vistos los anteriores con Zapatero, espero que los afectados del lado cubano sepan exponer bien claras las condiciones a su favor para que después no los dejen tirados al olvido como hizo Zapatero y su ministro de Exteriores, Desatinos, digo Moratinos; que bastante que ha pagado España, o sea sus contribuyentes, al régimen por esos olvidados, sin contar lo que han debido de pagar esos olvidados a nivel emocional.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura