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Zoé Valdés

Noqueado en el primer round

Es cierto que un primer debate ganado no ha llevado a nadie a la presidencia, pero es, como quiera que se lo mire, una excelente ventaja para Romney.

Si en lugar de haber visto anoche un debate entre dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, lo que habríamos visto hubiera sido una pelea de boxeo, podríamos decir que el presidente Barack Obama salió KO, o sea noqueado, en el primer round.

Obama puede ser muy encantador para algunos, aparentar una gran cordialidad y ser realmente afable, y hasta comportarse de manera simpática, lo que son ventajas para tenerlo quizás como vecino, o como jefe de un departamento de alguna tienda neoyorquina, pero no sirve para presidente. Para presidente se ha demostrado estos cuatro años que no tiene fibra, que es de una flojera insostenible; sobre todo, es alguien que resulta demasiado secreto en algunos terrenos, y en otros actúa con demasiado desparpajo. En este segundo cuadro está la economía, que no es juego.

Creo que fue ese secretismo el que le pasó la cuenta durante el debate, sin teleprompter que guiara su discurso y sin un equipo que pudiera contenerlo o animarlo para que irguiera la cabeza y saliera del pavor en el que se le vio sumido la mayor parte del tiempo, su imagen salió verdaderamente deteriorada. El secretismo de su ignorancia ha sido apoyado por la prensa en su totalidad. Ni una crítica era posible a Obama, porque Obama es para ellos un dios. Todavía hoy, tras la evidente derrota, el New York Times vacila en dar un titular coherente y real: el de la victoria de Romney en materia de economía. Que al fin y al cabo es la materia principal, la que importa a los americanos.

Es cierto que un primer debate ganado no ha llevado a nadie históricamente a la presidencia, pero es, como quiera que se lo mire, una excelente ventaja. Romney jugó también con su secretismo, aunque a la inversa: hizo creer a los medios de comunicación durante todo este tiempo que era una especie de bobo cayuco que se equivocaba con frecuencia, que sus chistes no llegaban a la gente, etc. Jugando la carta de la impopularidad, ganó con la carta del conocimiento fundamental, el del desarrollo del país. Es una carta peligrosa que por esta vez le salió de maravilla, pero deberá tener cuidado, porque por ahí lo estarán esperando en los temas internacionales, que es donde tal vez flaquee Romney.

Los temas internacionales son el fuerte de Obama, ¿por qué? Estos cuatro años como presidente le han permitido estar más al tanto de lo que sucede en el mundo, ha viajado más y ha sostenido conversaciones con jefes de Estado, y su popularidad sigue vigente en la gran mayoría de los países europeos. Aunque la cercanía al castrismo, el hecho de que los dictadores Castro y el dictador Chávez hayan pedido su reelección, disminuirá la confianza que en Europa se le tenía, así como su dualidad o ambigüedad en relación a la situación en Oriente Medio. Es cierto, ni Europa ni Oriente Medio votan. Son los Estados Unidos de América los que lo hacen, y esperemos que los estadounidenses sepan leer lo que hay detrás del mensaje de esos dictadores. Si esto, Obama, es lo que les conviene a ellos, depredadores de la libertad, por algo será, ¿no? Entonces, ¿cómo podría convenir a los norteamericanos?

La realidad es que Romney ha recuperado a grandes zancadas un espacio que se bamboleaba entre él y Obama. Lo ha hecho a base de dominio del tema. Romney no sólo conoce el tema, además ha sido un hombre con una familia que ha vivido momentos claves, y por esos momentos graves es que saben arrear con la desgracia y convertirla en vida, en triunfo. Y sin lamentos ha sabido contarlo, para que el pueblo americano vea en él la esperanza de lo que se puede hacer cuando se hace con fuerza, amor y determinación. Esto no lo veo yo en la familia Obama, cuyo secretismo también viene alarmando desde hace algún tiempo. Es una bonita familia, no lo niego, pero los gastos y alardes de la primera dama ya comienzan a ser demasiado exagerados; pero como son gastos de la izquierda, muy pocos han querido reparar en ellos.

¿Lo que tengo en contra de Romney? Su religión, pero hasta ahora ha sido bastante discreto, sin engañar a nadie. Es algo que tengo también en contra de Obama, que nadie sabe a ciencia cierta hasta ahora, intriga que él mismo ha alimentado, si realmente profesa el islamismo o solamente son simpatías, también algo o bastante genuflexas.

Por último, creo que Romney ganó porque habló directo y con la verdad. Y Obama perdió porque titubeó demasiado, vacilaba antes de mantener un enunciado y desarrollarlo, que aun si hubiera sido verdad, él nunca ha creído.

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