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Zoé Valdés

Ni unidos pudieron

No pudieron esta vez en España, pero siguen creciendo y engrosando las filas del odio.

Ni unidos pudieron, es verdad, pero, atención, ahí están, adentro y enraizándose, examinándose y recomponiéndose. Sí, ahora fajados entre ellos, pero latiendo y no tan moribundos como algunos quisiéramos verlos. Respaldados por los millones de euros de Irán, Venezuela y Cuba. Agarrados a la increíble e insoportable benevolencia con la que todavía se trata a la progresía comunista en este planeta.

Han perdido votos pero su rabia habitual se ha multiplicado hasta lo inimaginable, sólo hay que leer los mensajes en Twitter, las constantes amenazas, la bilis escupida en contra de todo lo que les suene a democracia, las redes de mentiras que tejen para ocultar o manipular la verdad como sólo suelen hacerlo los comunistas.

Que a nadie se le ocurra, como hice yo, contestar y desmentir a uno de estos niños ricos disfrazados de progres en una de sus cuentas en las redes sociales. Al momento te inundan con insultos donde lo menos que te desean es la muerte para ti y para todos los que te rodean. Nada se puede hacer en contra de esas amenazas, salvo bloquearlos. No existe un sistema de denuncias legal. Es la razón por la que continúan forjando y descargando en contra de los que no piensan como ellos su peligrosa ira.

No pudieron esta vez en España, pero siguen creciendo y engrosando las filas del odio, y no sólo en España, en toda Europa, en Estados Unidos, en sus mismas universidades, más que enseñando y aclarando sembrando la duda y la confusión. Vean lo que afirma este ñángara, él sí disfrazado de profesor, sobre los populismos. Ahí tienen la prueba. Nosotros los cubanos podemos olerlos antes que nadie, percibirlos y enfrentarlos una y otra vez. Cincuenta y siete años de padecimiento nos han convertido en tristes especialistas en la materia.

Y para hacer uso de esa experiencia terrorífica voy a atreverme a pronosticar lo que probablemente algunos ya han advertido al igual que yo, pero no se atreven todavía a comentarlo: prepárense para lo que vendrá con el tan cacareado Pacto de Paz de las guerrillas de las FARC con el gobierno colombiano en la Cuba de los Castro. Un pacto ingeniado por el castrismo para que los guerrilleros puedan acceder al poder mediante las urnas. Y allí sí que podrán hacer y deshacer bajo la bota de las dictaduras constitucionales. Pudieron Chávez, Maduro, Morales, Ortega, Correa, todos preparados y entrenados en la Cuba estalinista y terrorista.

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