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Mujer, negra, inmigrante

Las hordas de Twitter empezaron a descargar en contra de las personas que no hacían más que comentar lo que es claro y real.

Un caos incendiario se produjo en las redes sociales, sobre todo en Twitter, pues tras doce días de desaparición del niño Gabriel, en España, se conoció que una de las personas más cercanas a Gabriel y a su padre, su, pongamos, madrastra, se disponía a desaparecer el cadáver escondido en el maletero del automóvil en el momento en el que la detuvieron. Ese fue el terrible desenlace: la muerte del niño, su asesinato. La mujer se derrumbó al fin confesando que había sido ella la que lo había hecho, añadiendo un trágico "Lo siento. Te quiero".

El caso es que como se ha podido ver, de manera evidente, la asesina no es una mujer blanca, es negra, tampoco es española, ni francesa, es una inmigrante dominicana, y es mujer, lo subrayo, no es hombre.

Numerosos fueron los que saltaron en las redes, y con razón, porque apenas unos días antes, durante la jornada y protestas y huelga del 8 de marzo las reivindicaciones giraban en torno a que el hombre es invariablemente el violento, jamás la mujer, de ahí pasaron a temas más políticos como que la mujer negra e inmigrante no gozaba de los mismos derechos que disfrutaban los hombres, blancos, españoles, o europeos.

Bien, primero aclararé que cuando se entra en Google y se googlea el nombre de la asesina, en sus indicios ciudadanos aparece que es una mujer, que es negra, que es inmigrante, y segundo, además es, o fue, empresaria, pues está o estuvo declarada como co-dueña de un bar-restaurante. Lo que es innegable.

Las hordas de Twitter empezaron a descargar en contra de las personas que no hacían más que comentar lo que es claro y real. Del mismo modo que en Facebook. Unos se llevaron las manos a la cabeza, otros exigieron la intervención divina de Dios, y otras ignorantes –casi siempre mujeres– estimaron que decir la verdad ya lo clasifica a uno como un próximo de Hitler, sobre todo debido a la estatura, o sea, echando mano de la exclusión física, que más nazi no puede ser.

Cuando se ha especificado que Ana Julia Quezada es mujer, es porque lo es, ¿quiere decir esto que todas las mujeres son criminales? No. Cuando se insistió en que es negra, es porque lo es, ¿se dijo que todos los negros son asesinos? No. Cuando se expuso su origen tal como lo han recalcado en otros casos, es porque siendo inmigrante su origen es dominicano. ¿Se dijo en algún momento que todos los dominicanos son asesinos? No. ¿Protestaron todas las madrastras y empresarias de este mundo? Pues claro que no.

Tampoco cuando ha habido un crimen de rumanos, blancos, nadie se incomodó ni han seguido incomodándose, con las manos en la cabeza, ni han implorado a Dios, ni se ha comparado a nadie con el Führer, incluso si los rumanos pudieron ser judíos, que fue a los que de verdad persiguió Hitler, más que a los negros, a ver si aprenden algo de historia.

No, nunca un blanco ha reaccionado creyendo lo que no es, que se acusa a todos los blancos de criminales, tampoco los rumanos han inundado las redes sociales de comentarios nocivos (y existe una enormidad de rumanos que hablan y leen el idioma español y hasta lo manejan mejor que muchos hispanohablantes) sugiriendo airados que se han referido a todos los rumanos como posibles asesinos, y tampoco se han sentido vejados como inmigrantes.

Mucho menos sucede en el caso de los árabes. Y miren que ha habido casos de terroristas árabes, pero incluso así toda la población árabes no se siente implicada cuando se menciona que los terroristas son árabes, ni cuando se les designa como inmigrantes a los que lo son. Por la mera razón siguiente: las neuronas, la inteligencia, el sentido común, los llevan y usan por encima de la melanina, del color de la piel.

Que usted siendo negro, y teniendo más amigos blancos que yo que soy blanca (dudosa, debido a mi mestizaje), que tengo más amigos negros que usted que es negro, se sienta herido, vejado, y hasta comparado con un asesino, por el simple hecho de que se designe a esa persona por sus orígenes y por lo que es, quiere decir que usted es un racista de los peores, que usted es el primero que no está satisfecho con su color de piel, que usted piensa que porque una persona negra sea una criminal ya entonces usted por efecto transitivo también debiera serlo.

En otra época sería comprensible, pero ¿ahora, en pleno siglo XXI, cuando los negros pueden llevar a los tribunales a los blancos por insultos racistas y no a la inversa? Vamos, no manche, no estruje que no hay quien planche. Pero sobre todo, si no hay un milímetro de inteligencia, y no ha sido usted enterado de lo que va la discusión, al menos admítalo, e infórmese mínimamente. Después, entonces, llévese, si acaso, las manos a la cabeza y clame e implore a Dios.

Pero los peores, o las peores, son las mujercitas metementó, las mentee'pollo "blanquitas sucitas", como las llaman los mismos negros, que por opinar opinan con la raja. Respeto demasiado la inteligencia. Digamos que lo que me mueve en la vida es la inteligencia. Primero, para mí, la inteligencia, por encima de todo lo demás. De modo que cuando veo a un hombre bruto no sólo me deprimo, me asquea, pero cuando me tropiezo con una mujer, que además de imbécil opina con la raja, con la chocha, con la crica, con la papaya, entonces sí que no lo aguanto.

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