Este miércoles, Día de los Derechos Humanos, fueron liberados en Cuba tres presos importantes: Sonia Garro Alfonso, Ramón Alejandro Muñoz y Eugenio Hernández. Los dos primeros llevaban más de dos años presos por el mero hecho de haber querido entrevistarse con Benedicto XVI en su última visita a la isla. Queda en la cárcel el escritor Ángel Santiesteban, y probablemente otros presos de carácter político, cuyos nombres desconozco.
No bien Sonia Garro Alfonso fue entrevistada declaró que ella luchaba por los problemas raciales de los "afrocubanos" en Cuba, evitando ligar esos problemas con los problemas políticos en Cuba. Lo que no sólo es un error, es un desmentido a su propia lucha, una negación incoherente de su combate.
Lo de "afrocubanos" es ya una cuestión de error de término. Los cubanos no somos "afrocubanos" y, como comentó Charlie Bravo, tampoco somos “eurocubanos”, ni “indocubanos” ni “sinocubanos”. Los cubanos somos cubanos, es todo. Ya lo escribió Martí con aquello de "cubano es más que blanco, más que mulato, más que negro".
Los problemas raciales en Cuba son problemas políticos, por supuesto que sí, no hagamos de estos problemas asuntos aparte de la cuestión esencial: ¿viven los cubanos, todos, en un régimen dictatorial desde hace más de cincuenta y cinco años, o no? Si una persona que ha pasado más de dos años en una cárcel, tras ser vejada, torturada (Sonia Garro tiene un quiste en un riñón y le negaron cuidados y medicamentos), humillada en su inocencia, niega al salir en libertad que su lucha sea una lucha política, entonces, ¿de qué valieron esos años encerrada en una mazmorra castrista?
Tras estas liberaciones, que pasaron inadvertidas para el resto del mundo, como pasaron ignorados esos dos años y medio de cárcel, la policía castrista decidió detener a unos treinta disidentes, damas de blanco, que salieron a las calles a protestar en contra de ese régimen tiránico. ¿Fue esto un acto político o no? Claro que lo es, después que no se arrepientan aquellos que lo protagonizaron.
Si mal no recuerdo, cuando detuvieron a Sonia Garro Alfonso le dispararon balas de goma, hiriéndola en una pierna. No lo hicieron por una especificidad, la de su lucha contra el racismo, lo hicieron por ser considerada una "terrorista", enemiga del castrismo. La palabra terrorista se usó en la denuncia. O sea, una calumnia, una difamación política.
Con esto quiero decir que no acabo de entender la actitud de algunos presos políticos cubanos, y mucho menos su discurso. Tal parece que actúan como actúa el régimen, que por un lado libera y por el otro vuelve a detener. Algunos presos políticos cubanos se dicen y se contradicen y, verdaderamente, no veo la intención en ninguna parte.
De cualquier modo, felicidades a los recién liberados, aunque deberán guardar prisión domiciliaria, al menos pasarán las Navidades junto a sus familiares.