El domingo próximo tendremos elecciones departamentales en Francia. Por el momento todo se reduce a quién ganará la plaza del primer partido de este país, si la UMP (Union pour un Mouvement Populaire) o el ya más que célebre Front National (FN). El debate se sitúa en el derecho de llevar velo islamista a las universidades, y en el menú sin puerco en las cantinas escolares. Nicolás Sarkozy, que hasta ahora había evitado minimizar la discusión, tomó hoy como referencia los dos temas, y se situó casi al mismo nivel del FN, o sea, prohibir el velo en las universidades, e impedir que el menú escolar esté exento de puerco.
El hecho es que será muy difícil tumbarle el puesto a Marine Le Pen y a su equipo, y que la UMP lo tiene duro que no quepa la menor duda. Peor lo tiene el Partido Socialista, cuyo desmoronamiento nadie podrá evitar a estas alturas.
Lo que constituye, a mi juicio, un peligro, es que el resto de los partidos se alinee a las expectativas creadas por el FN, y que estén solamente pendientes de los movimientos de este partido para poder ellos a su vez ubicarse y desde luego moverse. Más que un peligro resulta lamentable y una prueba más de la fragilidad de los partidos frente a la potencialidad del FN.
Se ha querido culpar a la prensa de la insistencia en referirse al FN como el posible ganador de estas regionales, sin embargo, el tiempo de comunicación ha sido el mismo entregado a los otros, que no han sabido aprovecharlo tanto como el partido lepenista, experto en comunicaciones.
Que estamos viviendo momentos excepcionales. Por supuesto que sí, pero no para bien, desde luego que no. Las consecuencias serán graves para las próximas presidenciales si con estas elecciones departamentales el FN se ampara del primer lugar como partido en Francia.
Lo terrible es que la gente empieza a ver con simpatía la siempre sonrisa socarrona de Marine Le Pen, a la que ya no llaman por su nombre y apellidos, sino con la familiaridad de hacerlo con el nombre de pila. Marine para aquí, y Marine para allá. Marine es más que Marianne. Marine se adueña de todos los símbolos, los cobija bajo su ala, los transforma, les da una nueva significación. Marine gana.
El FN se presenta como un partido de jóvenes y de mujeres inteligentes. Nada que ver con la vieja sombra del Le Pen tosco y tuerto. El FN se le va entonces por encima a la UMP. En ese sentido. Veremos qué hará la UMP, a la que el FN le ha robado su verdadera razón de existir que lleva implícito en sus siglas: Unión por un Movimiento Popular. Ni unido, ni en movimiento, y mucho menos popular.
Del PS ni hablemos, apenas existe, sólo porque se encuentra en el poder.