Daniela Rojo es una joven mujer cubana de 26 años, madre soltera de dos niños pequeños, un varón de 7 y una hembra de 4. El 11 de julio pasado salió a protestar pacíficamente por las calles de La Habana, era una más entre la masa de pueblo a todo lo largo y ancho de la isla. Fue detenida y desaparecida por los militares durante cuatro semanas; sus hijos quedaron al cuidado de su madre. Después la soltaron, a la espera de juicio. El fiscal de un régimen militar pide ahora para ella cinco años de encarcelamiento por participar en una manifestación pacífica en la que se reclamó la libertad tras más de 62 años de tiranía socialcomunista. Dos letrados asisten a Daniela Rojo, el de dentro de Cuba y un abogado de derechos humanos de la ONU, el señor Kurtulus Bastimar. Ambos están haciendo todo lo indecible para que Daniela no cumpla una sanción injusta.
La joven madre fue uno de los muchos que secundaron la marcha del 15 de noviembre (que no tuvo lugar), organizada por Yunior García Aguilera y Saily González Velázquez desde la Plataforma Archipiélago. Daniela tomó la decisión porque desea brindar un futuro mejor a sus niños, porque ya es hora de vivir en libertad.
Yunior García Aguilera huyó de la isla mediante el evidente apoyo del mismo régimen, de las embajadas de España y Estados Unidos en Cuba, hacia España, donde se encuentra cómodamente instalado, y donde no para de un sarao en otro. Saily sigue en Cuba, sin mayores problemas. A cada rato hace un Live para hablar su mierda de enajenada.
Daniela, quien decidió renunciar posteriormente a la Plataforma Archipiélago, por problemas personales, no es la única que ha recibido una condena injusta. Doce menores de edad han sido condenados a penas de entre 8 y 30 años. El primero en recibir una sanción desmesurada por protestar en una cola fue Yandier García Labrada, joven campesino miembro del Movimiento Cristiano Liberación, que está cumpliendo cinco años en una celda de aislamiento. Luis Robles también lleva más de un año en una remota cárcel sólo por sacar un cartel pidiendo la libertad del rapero Denis Solís en el Bulevar de San Rafael. Denis Solís –al igual que Yunior– pudo salir sin problemas de Cuba.
Con toda evidencia, algo verdaderamente extraño se está cociendo entre el régimen, Estados Unidos y España. Se trata del "cambio fraude", como lo llamó Oswaldo Payá, asesinado por la tiranía junto al joven Harold Cepero; donde unos negocian beneficios a cambio de pedir el levantamiento del embargo y más socialismo para esa pobre isla, como ha hecho Yunior, o de callar, como ha hecho Denis, o de seguir con sus negocietes empresariales, como hace Saily; pero otros son injustamente condenados, sus vidas y las vidas de sus hijos peligran. No podemos admitirlo.
Los agitadores consentidos del régimen, como Tania Bruguera, Yunior García Aguilera, entre otros, que se han beneficiado mejorando sus condiciones de hábitat e incluso forrándose, como Yotuel Romero, Gente de Zona y Descemer Bueno con "Patria y vida", un afro-reguetón que hasta el inepto de Barack Obama cita entre sus canciones preferidas del 2021 (vaya, qué casualidad, ¿no?), siguen viviendo la dulce vida y pronto le sacarán el pie a la libertad de Cuba, hasta el próximo bache en sus carreras.
Pero ¿quién levantará la voz por Daniela Rojo, por Yandier García Labrada, por Luis Robles, y por los doce menores condenados con penas insoportables que no podemos aceptar? ¿Dónde están las feministas, las madres solteras, las organizaciones de defensa de la infancia, las ONG de DDHH que no se pronuncian? ¿Dónde andan todos que no exigen, unánimemente, que este horror debe terminar de una vez y por todas?
La prensa de izquierdas calla. La prensa poderosa se nota muy ocupada en darle importancia al mequetrefe podemita que ha salido como presidente de Chile, eso sí, votado por una masa populista que probablemente ni siquiera viva dentro del país. La prensa de izquierdas deberá ser juzgada en el futuro por colaboración con el régimen de terror de La Habana. Eso ocurrirá más temprano que tarde, no lo duden; si de verdad nos lo proponemos así sucederá.
Exijo desde aquí la liberación de la condena contra Daniela Rojo, contra los niños cubanos encarcelados, contra Yandier García Labrada, contra Luis Robles. Exijo la liberación inmediata de todos los presos políticos cubanos. Una Navidad más entre rejas no debiera ser posible para esos inocentes.
Las mujeres libres del mundo tenemos que acompañar a Daniela Rojo en el camino hacia su libertad personal y a la libertad de su país. Un país doblegado por el terror. Ese país que es también el mío.