En la Puerta del Sol de Madrid, Carlos Baute celebraba con sus compatriotas en el exilio la esperanza democrática que implica que Juan Guaidó intente restituir un poder legítimo en Venezuela. Baute está en la lista negra del dictador Maduro porque organiza transportes de medicamentos en un país empobrecido hasta la inanición. Baute denomina a Maduro con el mote que se le aplica al dictador en la oposición: el Ilegítimo. Frente a dicha lista negra, la lista de honor: la de todos aquellos presidentes democráticos que han respaldado desde la primera hora la restitución de un régimen liberal en Venezuela: de Colombia a Argentina, pasando por Estados Unidos y Canadá. Justin Trudeau ha mostrado que, pese a estar en el lado opuesto del espectro político, a la hora de la verdad está más cerca de Donald Trump que de los dirigentes populistas de México o Cuba. El caso más patético ha sido el de Pedro Sánchez, que en el momento en que escribo todavía no ha decidido si alinearse con Abascal, Rivera o Casado, que le han pedido que reconozca como presidente a Juan Guaidó, o con Pablo Iglesias y Alberto Garzón, que han explícitamente respaldado al dictador chavista.
También la UE ha mirado para otro lado. Salvo su presidente, el irreductible liberal Donald Tusk, que ha expresado:
Espero que toda Europa se una para apoyar a las fuerzas democráticas de Venezuela. A pesar de Maduro, la asamblea parlamentaria con Juan Guaidó tiene un mandato democrático de los ciudadanos venezolanos.
También Tajani se ha puesto del lado de la libertad:
Sigo con mucha atención los acontecimientos en Venezuela. Contrariamente a Maduro, Guaidó sí tiene legitimidad democrática. Se debe respetar las manifestaciones y la libertad de expresión de un pueblo que está harto de pasar hambre y sufrir los abusos de Maduro
— Antonio Tajani (@EP_President) January 23, 2019
En De Cive, Hobbes recogió la famosa sentencia sobre que el hombre es un lobo para el hombre. Es menos conocido, sin embargo, que también reconoció como verdadera la afirmación de que el hombre también puede ser un dios para el hombre. Venezuela es un test para comprobar quién considera al hombre mera presa devorable o un ser con derechos y dotado de una chispa divina. También para desenmascarar a los lobos disfrazados de corderos.