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Santiago Abascal

La tosferina y el caos sanitario autonómico

Esta situación está poniendo de nuevo en el disparadero el incoherente e ineficaz Estado de las Autonomías y el sistema de sanidad pública.

Aprovecho la oportunidad como personaje político para ser la voz de millones de padres que actualmente sufren en silencio la impotencia de vivir bajo la amenaza de la tosferina. Hoy no escribe solo el presidente de Vox España. Hoy escribe Santiago Abascal, padre de cuatro hijos, el último en camino, que llegará en pleno proceso electoral, espero que con un escaño debajo del brazo.

Esta semana nos enterábamos del fallecimiento de un bebé de un mes y diez días en el Hospital de la Paz de Madrid. Una tragedia sobrecogedora e indescriptible. El sexto bebé, que sepamos, en lo que va de año, pues no tenemos datos fiables, más que los que saltan a la prensa. La tosferina ha rebrotado, sin que los profesionales en epidemiología hayan alcanzado una conclusión sobre sus orígenes. Unas tesis indican que las últimas generaciones humanas son más débiles genéticamente y que nuestros organismos disponen de menos fuerza para hacer frente a esta amenaza. Otros argumentan que se debe al aumento en los movimientos migratorios procedentes de Europa del Este y del norte de África. Quizás una combinación de ambas cosas. El tiempo dirá.

La tosferina es una infección que afecta a la vías respiratorias y que puede provocar la muerte. Todos estamos expuestos a ella. Los adultos la pasamos como un catarro, en los niños los efectos son más severos, pudiendo provocar la muerte en los recién nacidos. El problema se agrava porque, hasta los dos meses de haber nacido, no se puede suministrar la vacuna a los bebés.

Pero a grandes males, grandes remedios. Investigaciones recientes han demostrado que, vacunando a las madres gestantes en su último tramo de embarazo, éstas pueden transmitir a sus pequeños los anticuerpos y aumentar así sus defensas para que afronten con garantías los dos primeros meses de vida. Así lo aconsejó el pasado junio la Comisión de Sanidad Pública, dependiente del Ministerio de Sanidad. Sin duda una gran noticia para todos, pues, al fin y al cabo, todos conocemos algún familiar o amigo que espera con ilusión la llegada de un nuevo hijo.

Por desgracia, y como viene siendo habitual en la España de la autonomías, la arbitrariedad, la ineficacia y la sinrazón de los políticos con miras regionalistas se acaban imponiendo. Y los españoles pagando los platos rotos. Inicialmente 10 comunidades autónomas ignoraron el aviso. Más tarde Madrid, La Rioja, Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha modificaron el calendario, mientras que otras como Cantabria, Aragón, Castilla y León y Baleares, y Ceuta y Melilla, han informado de que seguirán sin inmunizar. ¡Como si la bacteria supiera de limites regionales!

A partir de aquí, el caos ha comenzado. Los padres no se han resignado ni rendido y tratan con ahínco de buscar en amigos y familiares algún contacto, entre profesionales sanitarios, para conseguir la vacuna. Incluso está habiendo casos de mujeres embarazadas que se han recorrido media España para conseguir el ansiado tratamiento. Nada se puede reprochar a unos padres que actúan de esta manera ante un Estado que no garantiza la salud de sus hijos.

Esta situación está poniendo de nuevo en el disparadero el incoherente e ineficaz Estado de las Autonomías, en general, y el sistema de sanidad pública en particular. ¿Es que acaso no tenemos todos los españoles el mismo derecho a recibir la vacuna? ¿Por qué un niño de Madrid o de Cádiz tiene diferente trato que uno de Melilla o de Salamanca? Trato de buscar respuestas. Después de años en política, uno llega a la conclusión de que la clase política, el establishment, los partidos del sistema, los partidos de las encuestas, la dirigencia, sólo miran por su bienestar y el de sus familiares, y de que les importa más bien poco el conjunto de los españoles. La gestión descentralizada del recurso sanitario lleva a que decisiones de tanta envergadura queden en manos de 17 autoridades distintas, mientras el Gobierno de la Nación mira los toros desde la barrera, callado y sin posibilidad de mediar. Eso sí, estoy seguro de que a ninguno de ellos les faltarán vacunas. A nosotros sí.

Según el CIS, en España ya somos un 27 por ciento los que queremos poner coto al Estado de las Autonomías. La centralización de la sanidad, la educación, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, etc., es un objetivo irrenunciable para nosotros. La centralización permite reducir carga burocrática y, con ello, aumentar los recursos que puedan ser destinados a mejorar el servicio al ciudadano, en vez de a mantener el actual sistema, que sólo beneficia y enriquece a unos partidos políticos que funcionan como auténticas agencias de colocación.

Solo Vox está a favor de revertir el proceso autonómico. El PP quiere mantener las cosas como están. Ciudadanos quiere descentralizar aún más, yendo a un modelo federal.

No quiero acabar sin mostrar mi más sincero apoyo y comprensión a las madres gestantes y lactantes. Como dice el dicho español, madre no hay más que una. Ellas son las que llevan, por dentro, el mayor pesar de todo este lamentable episodio. Tranquilidad y ánimo. Esperemos que todo salga bien. Será en todo caso por la divina providencia, no por los políticos. Fuera autonomías, por Dios.

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