Aquí, en Libertad Digital, siempre nos ha preocupado el asunto de las pensiones. Incluso hemos llegado a decir que el sistema distributivo, el vigente, es como el juego de la pirámide, en el que, al final, unos pocos ganan a costa de muchos otros estafados. Hay bibliografía concluyente sobre el asunto, algún político ha oído hablar de ello, y hasta puede que si se le pilla con la lengua suelta y la grabadora apagada lo reconozca. En público, pacto de Toledo, al que se le suponen poderes taumatúrgicos.
Sólo lo hemos visto en 5 días, lo cual no quiere decir que no aparezca en otro papel ni le quita un ápice de interés. Titula el salmón de Polanco: El PP propone hoy usar toda la vida laboral para calcular la pensión. Primero eran los ocho últimos, luego quince, ahora que toda una vida, laboral. En Francia, no se habla de otra cosa. En Alemania, ya han introducido reformas. En España, la cosa se presenta de tapadillo, se sacará el tema “en una reunión informal de los representantes de los partidos en la Comisión del Pacto de Toledo”. Como para que no se diga que no se ha hablado del asunto.
El artículo está bien argumentado. Afirma que Aznar cree que “esta reforma de la fórmula para calcular la pensión es la única manera de mantener la viabilidad del sistema de pensiones público”. La mantiene, pero no indefinidamente, aquí es sinónimo de prolonga, según los calculos, más allá de 2015, fecha en que otra pirámide, la de población, asegura los problemas. Realista pero no suicida, el PP, sin embargo, ha dejado muy claro que no pretende imponer la reforma si alguno de los otros partidos no la respalda. El PSOE no niega el problema, recuérdese que fue un ministro socialista el que recomendó a quien pudiera que se abriera un plan de capitalización, pero no lo va a apoyar, de momento, hasta que se muestren los resultados de la última ampliación del periodo de cálculo. ¿Quién está en contra? IU, por supuesto. En resumen, que el año que viene, si Dios quiere, o sea, para lo que queda de esta, que apechugue con él quien se haga cargo de la próxima legislatura.
En otro salmón, Expansión, llama la atención otro casi tópico avalado por la autoridad del Tribunal de Cuentas: la gestión, mala, malísima, fraudulenta de los hospitales públicos. Alguien dijo que por una cama en uno de esos hospitales pagamos, todos, lo que a un particular le cuesta una en un hotel de cinco estrellas. ¿Exageraba? ¿Cómo es posible? Quien lo dude, que se informe. No será en abierto en el salmón de Recoletos, porque lo dan en cerrado (hasta que no decidamos lo contrario aquí sólo reflejamos cosas en abierto). Incluso, los muy tacaños, las conclusiones del informe. Sería de desear que se siguiera hablando de este problema, gravísimo, ante el que, asimismo, todo el mundo, mientras arroja su dinero a un pozo sin fondo, disimula. Aunque es sabido lo que ocurre con las conclusiones de este llamado tribunal.
Se empieza a hablar del asunto aquí y allá, pero La Gaceta de los Negocios lo presenta de una manera mucho más excitante: Simancas heredará un tejido empresarial de 2.000 millones. Dice: “no sólo recibirá (...) el Presupuesto más elevado de cuantas comunidades autónomas componen el Estado español —en 2003, ascendió a más de 12.517 millones de euros (más de dos billones de las antiguas pesetas)— sino también un sector público empresarial potente”. Luego se extiende en cómo se llegó a en 2000 a Mintra, “un órgano que permite a la Comunidad afrontar el endeudamiento derivado de una infraestructura de semejante calibre sin que este compute dentro de la deuda pública de la Administración Regional, como así lo declaró Bruselas al no contabilizar dentro de la deuda regional los 2.894 millones de euros de las inversiones previstas por la sociedad en la realización de Metrosur” y que está previsto que se paguen en 25 años.
El asunto Simancas tiene otras muchas facetas. En ABC, que hoy viene muy sabroso, titulan con una diana de sus declaraciones a la SER, Simancas quiere cambiar al presidente de Caja Madrid. “Parece razonable que al frente de la caja se sitúe una persona de talante progresista”, dijo el líder de la Federación Socialista Madrileña y futuro presidente de la Comunidad. No le va a resultar sencillo, pero dicho queda. No se detienen ahí los propósitos de quien tanta expectación despierta. Tampoco quiere a Manzano en Ifema y sólo tolera a Fefé porque manda en la Cámara de Comercio y, mientras lo sea, que todo se andará, quiere llevarse bien con él. ¿Quién dirigirá Telemadrid, pendiente de privatización que estaba para cuando el Gobierno apruebe, si es que lo hace, la Ley de terceros canales? Candidatos no faltan. Se habla ya de Jordi García Candau y de María Antonia Iglesias. Espeluznante. ¿Qué vamos a hacer con Giménez Alemán? Cualquier cosa menos que perpetre otra novela.
Relacionado, en cierto modo, con esto, es de obligada lectura el artículo que un vecino de Candeleda, Tristán Garel-Jones, que fue ministro de Asuntos Europeos del Reino Unido, ha escrito para ABC. Su contenido se resume en el juego de palabras con el que concluye: “¿D´Hont? Don´t!”.
¿Recuerdan a Blas Herrero, el Houdini asturiano, del que hablábamos ayer? ¿Quién informa hoy profusamente sobre el marrón de este mago que se ha encontrado Lara en Onda Cero? ABC, off course, que ya hemos dicho que hoy está inmenso. Titula por alegrías Planeta se desentiende del contrato entre Onda Cero y Blas Herrero y fuerza a Telefónica a pagar el coste de la rescisión y en internet, como recalcando que no es nada personal, lo acompaña con un fotón de César Alierta. Tras explicar cómo se hizo lo de Blas Herrero sentencia que “Planeta no está dispuesto a hacerse cargo de un compromiso de pago que equivale a casi una tercera parte de los ingresos comerciales totales de Onda Cero en 2002 (76,5 millones) y, lo que es más, obligaría a extender el talonario al menos durante otros ocho años más por un acuerdo que cuando menos debería tener un impacto neutro en la cuenta de resultados de Antena 3. De momento, el arbitraje acordado entre Telefónica y Blas Herrero sigue su curso y todo queda pendiente del laudo de obligado cumplimiento”.
Más de La Estrella de papel, también en ABC, que está que lo tira. Nosotros también. ¿Presidente del consejo editorial? Manuel Martín Ferrand. ¿Modelo? The Sunday Times y The Observer, aunque, en palabras de Pablo Sebastián, “va a contar con un perfil y un espíritu que va a recordar a muchos El Independiente de los años ochenta”. El 1 de junio, el número 1 en el quiosco. PVP: 2 euros, papel prensa color, logotipo de Mariscal, 70.000 ejemplares de tirada inicial y un amplio elenco de columnistas: Antonio Gala, Luis Racionero, José Javaloyes, Fernando González Urbaneja, José Borrell, Cristina Narbona, así como varios analistas internacionales Ignatius Oppenheimer y William Pfaff, entre ellos. Tampoco es como para madrugar por si se agota. En fin, Sebastián vuelve al papel, de donde su espíritu, dicen, nunca salió. Suerte.
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