Recoletos en rumores

No tiene mucha lógica aparentemente, pero lo dejó dicho el viernes Hispanidad: Recoletos quiere comprar la Estrella Digital y en el lote iría incluido el semanario de papel. “Está a punto de cerrar la compra de La Estrella Digital, el periódico electrónico lanzado por Pablo Sebastián, y del que Juan Abelló es un destacado accionista. De postre, se comerá el languideciente semanario La Estrella (semanario en papel), que, tras media docena de números, no parece tener mucho futuro”.

¿Qué relación con esto puede tener lo que cuenta Diario Directo de que la editora de Expansión podría estar sopesando salir de la Bolsa? Pues vaya usted a saber. “El Grupo Recoletos estudia lanzar próximamente una OPA de exclusión para salir del mercado de valores. Al parecer, la cúpula del grupo no ve con buenos ojos las perspectivas económicas que sugieren los informes y previsiones en torno al comportamiento de sus títulos en el parqué madrileño”. El argumento tiene peso, ya que sus dos activos que mejor funcionan –Marca y Expansión– ante difíciles expectativas de crecimiento, luchan sobre todo por mantenerse. No parece que con la compra de las Estrellas su posición mejorase, pero cosas más raras se han visto.

Ha sido dicho aquí y allá, pero hoy lo recoge El Confidencial Digital, que lo plantea así: El cierre de delegaciones que planea Antena-3 provocará la salida de más de 300 profesionales. La información está enfocada desde el ángulo del comité de empresa y se echa en falta que se nos diga cuántos empleados tiene la plantilla de informativos de la cadena ahora de Lara para hacernos una idea. Y mejor todavía si se comparara con los que tienen en Tele 5 y TVE para hacernos una idea de conjunto.

Manuel Cobo está, de nuevo, primero, en la SER, dando su versión sobre lo que hoy publica Interviú. Queda muy bien. Todos los contertulios, Tusell y compañía, se felicitan por lo bien que Cobo se ha despachado –Gallardón, sucesión...– diciendo que todo procede del navajeo en el proceso sucesorio de su propio partido. Lamenta los buenos tiempos perdidos en los que dice, la política era otra cosa, como quien dice ayer. Se quedan encantados en la SER. A continuación, entra en la Cope y repite lo dicho, aunque haciendo menos hincapié en lo de la sucesión –en buena parte inducido por el entrevistador. Repite, no obstante, lo bueno y lo honrado que es Ruiz Gallardón y lo tranquilos que han estado hasta ahora dedicados a lo suyo, la política, dice. Manuel Cobo, un hombre que ha sido arrojado con violencia del anonimato al convertirse en el número dos de Gallardón en el Ayuntamiento. Su honradez es puesta en duda por el semanario del grupo Zeta, la publicación que viene recogiendo lo que la cadena Ser desecha, aunque luego lo airea como si fuera suyo. Habrá que esperar a ver qué dicen hoy Blanco, Caldera y compañía, pero todo parece indicar que la sucesión en el PP va a ser planteado como un nuevo ingrediente de “la trama”.

El Semanal Digital infla una anécdota mallorquina de Pedro Jota y la da como chisme: Pedro Jota va en helicóptero desde Son Servera –donde tiene su residencia veraniega, la que le compró al autor teatral Calvo Sotelo, muy cerca de la de los García Obregón, en el paraje conocido como la Costa de los Pinos– a Palma para llegar a tiempo a un partido de paddle. Conducía Carlos Sáinz, que al parecer también veranea por ahí, pero no se dice quién corrió con el gasto.

La Gaceta de los Negocios, en un reportaje con enfoque confuso, ofrece datos de interés sobre lo que tardan en consumarse las benevolentes iniciativas públicas y lo que ocurre con el suelo en Madrid. Quince años han consumido los trabajos de planificación y negociación entre administraciones para poner en marcha los llamados nuevos desarrollos de Madrid, los PAU de Sanchinarro, Las Tablas, Monte Carmelo, el Ensanche de Vallecas y el de Carabanchel. Lo que ha ocurrido es que el precio del suelo se ha multiplicado en cinco años por cinco y por seis. Es un indicio que pone de manifiesto que la administración funciona muy mal.

Titulan el reportaje En Madrid se podrían construir ya, viviendas para un millón de habitantes. En él se destaca que hasta 1997, año del Plan General de madrid, el 65% del suelo pertenecía a particulares, mientras que en 2001 un porcentaje superior a ese, el 67%, se hallaba en manos de promotores. Son datos interesantes, pero se echa en falta una idea más clara que los relacione para saber qué hay que exigirle a la administración para que sus iniciativas no se eternicen y se disminuyan los efectos perversos.

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