El Confidencial Digital ha hecho un estudio –una cosa modesta, al alcance de cualquier redactor, pero importa que lo publica– para saber cuántos de los clasificados de los periódicos españoles más serios son anuncios de prostitución. Confiesan que la idea les vino sugerida por la decisión del International Herald Tribune de suprimir de sus páginas ese tipo de publicidad, ya que, dijeron, “no encajan con los estándares y valores de la compañía”. Como es sabido, la sección de anuncios por palabras es una de las fuentes de ingresos más importantes de la prensa seria y desde hace ya bastantes años los anuncios de prostitución son una parte mayor de ellos. Lo que se nos recuerda en la página web de Apezarena es cuánto, en porcentaje. Es una lastima que, ya puestos, no hayan pedido ayuda a un experto en clasificados y hayan hecho el cálculo en euros de lo que pueden ingresar por ese concepto.
Pues bien, más del 60% de los clasificados de El País, El Mundo o El Periódico anuncian lo que eufemísticamente se denomina contactos, masajes, relax, servicios sexuales de pago, prostitución, en suma. Sólo en parte nos dice este estudio la importancia de estas secciones, en relación con las restantes: inmobiliaria, empleo, etcétera. Nos da cifras como que el viernes de la semana analizada, en El Mundo, 804 de los 928 clasificados (el 87%) eran de este tipo, mientras que en El País eran 769 de 1040 (74%). Como media diaria, al parecer, estos dos diarios andan por esas cifras, son algo inferiores en La Vanguardia, El Periódico o ABC y más en La Razón. Es digno de reflexión, aunque se habla muy poco de ello, el hecho de que una parcela como esta de la economía sumergida contribuya de modo tan notable a financiar los diarios más prestigiosos y circunspectos.
Por ese mismo medio, El Confidencial Digital, nos hemos enterado de que La Gaceta de los Negocios puso en la calle el pasado sábado su nueva oferta para el fin de semana, de la que hizo, nos dice, una tirada de 70.000 ejemplares. El asunto es glosado también por El Semanal Digital (con el título tirando a hiperbólico de Villanueva desafía por primera vez a Castellanos), que lo pone en relación con lo que sea que ocurra en Expansión, que no nos hemos enterado muy bien si realmente ocurre algo. Ambos digitales elogian mucho a Juan Pablo Villanueva, el propietario y director de La Gaceta.
Dedica Anson el de La Razón ración doble o triple de Canela a glosar la quinta velita del pastel de cumpleaños de su diario. Felicidades. Es de destacar de lo que dice que “no debe un céntimo a nadie, ni ha pedido un crédito”. Nos lo creemos, pero nos choca lo poco generoso que es con sus sucesivos accionistas que han corrido con el gasto. Sorprende la revelación de que “durante muchos meses un sector del Gobierno, caído después en desgracia, nos persiguió como a ratas”. Un poco a la manera de su admirado Senabre, permítanos reprocharle que en varias ocasiones se adorne por demás, como cuando nos coloca lo de que “Al finalizar el año 2000 giraron los portones del siglo XXI sobre los goznes envejecidos de la centuria que acabábamos de vivir”. En cuanto a lo que dice del presidente de la editora, Mauricio Casals, no sabemos si es un augurio o la confesión de un fracaso: “desde hace años vengo diciendo que está llamado a altos destinos en la vida nacional”. Pero, en fin, felicitaciones sinceras, que tiene muchísimo mérito lo que han logrado en unos años tan agitados.