Por fin Rajoy ha dicho unas cuantas cosas claras a Zapo. Su discurso, con dos salvedades menores, debiera movilizar al PP para difundirlo a todos los ciudadanos, para que lo recuerden, ya que el dominio mediático de la Infame Alianza lo sumirá en breve en el olvido.
Las dos salvedades: Zapo no ha cometido ningún error con la ETA. Es un colaborador de la ETA, el mayor y más efectivo colaborador que la ETA ha tenido en su historia. La idea queda implícita en el discurso de Rajoy, pero debiera haber sido más explícita; y más resaltado el contraste con la política de Aznar y sus excelentes resultados. Tal colaboración no es casual, procede de un fondo común de ideas entre el PSOE y la ETA, al margen de la mayor o menor simpatía o habilidad de los dirigentes socialistas. El error de Zapo ha consistido, en todo caso, en subestimar la reacción ciudadana, que va en aumento; y, quizá, ojalá, la reacción del propio PP, si finalmente esta ocurre. Pero de momento la Infame Alianza ha logrado ya grandes éxitos: ha comenzado la carrera de los estatutos balcanizantes, ha desprestigiado en buena medida al poder judicial, ha crispado y dividido a la sociedad, ha atacado con éxito mediano, pero no desdeñable, a las víctimas, etc. Y todo eso no tiene fácil recomposición.
La segunda objeción, a mi juicio, es la oferta de estar con Zapo al final, cuando todo el tinglado se hunda y el Iluminado de la Moncloa rectifique. Esperar una rectificación de ese personaje y su gobierno equivale a esperar el desarme de la ETA. La oferta de Rajoy suena rara, puramente sentimental y nada política.
En estos años la respuesta pepeísta “de bajo perfil” dejaba una impresión de falta de convicciones y energía. Por ello, si alguien podía echar abajo el montaje era la propia ETA, eran las querellas entre los dos socios: el grupo terrorista y el gobierno anticonstitucional. En parte ya ha ocurrido así, pero para que ello no conduzca a una mayor descomposición política, sino a la recomposición constitucional, hace falta que el PP reaccione por fin. Su postura parece mejorar, el mensaje de Rajoy ha sido de los que llegan a los ciudadanos, y eso es una excelente noticia. Pues está en juego la unidad de España y la democracia.