La doble trama del 11-M. a) La coincidencia de intereses entre el PSOE y la ETA, por un lado, y el Terrorismo Islámico por otro. A los islámicos les interesaba la retirada de tropas españolas de Irak, prometida por el PSOE, y al PSOE y a la ETA les interesaba sobremanera la caída del PP. El atentado masivo de Madrid benefició a todos por igual. Coincidencia de intereses y ganancias no implica complicidad de hecho, que pudiera haberla, pero tendría que probarse. Desde luego, los tratos directos o indirectos del PSOE con la ETA, al margen de la ley, ya existían antes de las elecciones, y ese dato es muy relevante. Pero, con complicidad directa o sin ella, sí puede afirmarse con fundamento la existencia, ya entonces, repito, de esa comunidad de intereses entre el PSOE –o la corriente dominante en él--, la ETA y el Terrorismo Islámico. Y debe destacarse, porque es el factor clave, el que ha llevado a España a una división interna y a una crisis política sin precedentes desde la Transición.
La otra cara del 11-M, más de detalle, pero de enorme trascendencia: un golpe perpetrado entre islamistas, chorizos y confidentes policiales, y sin terroristas suicidas, contra lo que la SER “informó” en su momento. Se entiende que el gobierno y sus terminales mediáticas estén como locos tratando de dar por cerrado el caso, que apunta, de momento sólo apunta, a oscuras intrigas.
He propuesto esta primera campaña de aclaración: la república llegó como un intento de democracia liberal, pronto destruido por la demagogia despótico-revolucionaria, culminada en el Frente Popular. No fue la guerra la que destruyó la democracia, sino la destrucción de la democracia por el Frente Popular la que causó la guerra. No es una curiosidad histórica, pues explica inmejorablemente la actualidad, la política de la Infame Alianza. Pero de nada vale tal aclaración sin un esfuerzo denodado por hacerla llegar a la opinión pública, y cada cual debe entender su obligación.