Blog, Lead: Acaban de mencionar en la Primera de Televisión española los nombres, ilustrados con algunas imágenes, de las series programadas para el año 2011; entre ellas (y hay varias localizadas en los años 30, Guerra Civil incluida) una que se llama "14 de Abril: la República". Estoy seguro que cosas como las que nos cuenta hoy Moa de la Guerra Civil ni se mencionarán (o se mencionarán pero invirtiendo la atribución de las atrocidades). Preparémonos para otras sesiones de "qué buena, bella, equilibrada y democrática era aquella República" y "qué malos, perversos, violentos y sádicos, los representantes de las clases privilegiadas que se negaban con gran violencia a ceder ni un ápice de sus insultantes privilegios". Espero que medios como Libertad Digital, Intereconomía y otros hagan, a su vez, horas extras para redescubrir a los españoles lo que fue aquel régimen sectario hasta la náusea.
En el último decenio ha retrocedido mucho aquella charlatanería que pasaba por historia sobre la república, la guerra y el franquismo, y hoy pocos ensalzan a Azaña y a la república con la desvergüenza de hace unos años. Pero la izquierda es muy consciente de dos cosas: de que sigue poseyendo los principales medios de comunicación y de que la derecha (los señoritos y señoritas escupidores sobre la tumba de sus padres) está dispuesta a dejarles el campo libre y a “mirar al futuro”, como dicen sus líderes. La izquierda y los separatistas son muy consciente de la importancia del pasado –de su versión del pasado-- para configurar el presente y el futuro que les interesa. Por tanto, a la vista de sus retrocesos, volverán a la carga con renovado empuje. Es de esperar, como dice Lead, que LD, Intereconomía y otros cumplan con su deber. Pero cada cual debe preocuparse menos de lo que deben hacer los demás, que de lo que puede hacer él mismo. Pues, si cada uno examina el asunto, verá que sus posibilidades son más grandes de lo que piensa y sin necesidad de un esfuerzo desmesurado.
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Los grandes creadores, pensadores, artistas, científicos, inventores, estuvieron solos contra los hombres de su época. Cada nueva idea fue rechazada, cada nuevo invento fue denunciado, pero los hombres con visión de futuro siguieron adelante. Lucharon, sufrieron y pagaron, pero vencieron.
Aunque, en general, estoy bastante de acuerdo con Lead, esta frase que cita no entra, desde luego, en las grandes creaciones del pensamiento. Me parece, en realidad, una estupidez. Ha habido “grandes creadores” enfrentados endistintos grados a su medio, y otros a quienes les ha ido muy bien en él. Como pasa siempre. Si juzgamos por sus efectos históricos, Marx fue un gran creador, y Lenin otro. Y se enfrentaron a la sociedad, sufrieron, etc., y vencieron, al menos pasajeramente (pero todas las victorias humanas son pasajeras). No sabemos de grandes enfrentamientos con la sociedad a causa de sus ideas, por parte de Cervantes, de Newton, de Bach, de Colón, de Einstein, de Pasteur, de Aristóteles, etc., etc. Normalmente, los innovadores han encontrado gente que les apoyaba y gente que les rechazaba, algo que ocurre con todo el mundo, por lo demás.
Oponer así al individuo y la colectividad, lleva al pensamiento histérico tipo Ayn Rand. El individuo no se concibe al margen de la colectividad, y esta no es más que la suma o más bien combinación de sus individuos. Sin embargo la sociedad humana no se parece a una colmena, y existe por tanto una tensión entre cada individuo y la sociedad en conjunto. Si esa tensión se extrema por el lado del individuo, la sociedad se descompone; si se extrema por el lado contrario, el individuo queda aplastado. Las evoluciones sociales pueden describirse --al menos en parte-- por esas tensiones. Probablemente el liberalismo, (basado en la idea, de raíz cristiana, de que la persona tiene ciertos derechos por encima del poder político o colectivo), es la solución más exitosa hasta la fecha, pues mantiene suficiente cohesión social con un grado de libertad individual mayor que otros sistemas. Se ha solido acusar al liberalismo de propiciar la disgregación social y, por compensación, los bandazos totalitarios; pero las sociedades que más se han atenido a los principios liberales son, hasta la fecha, las que más han prosperado cultural y económicamente.
Por otra parte es muy lógica la resistencia de la colectividad a las innovaciones. Cierto que todas las ideas, invenciones y obras de arte o pensamiento tienen padre, es decir, las ha creado algún individuo. Pero la mayoría de las ideas de los individuos son malas, mediocres o disparatadas. No solo existe una multitud de idiotas con ideas, sino también de inteligentes con ideas idiotas. Si se aceptara todo lo que se le ocurre a cualquier individuo, la sociedad se desmoronaría. Es precisa una depuración de iniciativas, y aun así, a veces las sociedades adoptan ideas absurdas. Ahora mismo triunfan en España las necedades de Zapo y su banda, que no dejan de ser individuos.
Tampoco es cierta esa oposición imaginada por Ayn Rand entre la sociedad y la iniciativa individual. Por mencionar la Revolución Industrial, ejemplo que emplea Lead de preferencia, las invenciones que la hicieron posible fueron aceptadas rápidamente, con poca oposición y amplia recompensa para sus promotores, y a pesar de su elevado coste: contaminación de ciudades y zonas rurales, o masas de trabajadores empleados en pésimas condiciones (el argumento de que antes, en el campo, estaban peor, solo vale a medias: previamente esos trabajadores habían sido expulsados por la fuerza de las zonas agrícolas donde subsistían, quedándose sin otro recurso que aceptar el trabajo fabril de cualquier modo).
Otro aspecto que parece olvidar Lead es que una idea individual solo puede tener éxito en condiciones creadas previamente por la colectividad, es decir, por la combinación de sus individuos. De otro modo, la iniciativa se pierde, y seguramente se habrán perdido así muchas. Y otro punto clave es el de las élites: dentro de la sociedad se forman espontáneamente una multitud de élites: políticas, económicas, científicas, artísticas, informativas, etc., que casi siempre tienen algo o mucho de oligarquías. Estas sirven de cauce a unas ideas y tendencias, y de freno a otras.
En fin, el colectivismo nunca lo es del todo, ni el individualismo se da sin fuertes límites. El marxismo, ideología colectivista, se fundamenta en una aspiración a dotar a los individuos de una vida más plena, libre, variada y productiva. Claro que cuando se trata de qué entendemos por plenitud, libertad, etc., ya empiezan los problemas.
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****Datos significativos: en 1968 existían en España 11.176 presos. Era una de las tasas de reclusos más bajas del mundo y, desde luego, de Europa. Había unos pocos centenares de presos políticos (de ideología totalitaria en su gran mayoría) difíciles de cuantificar, pero seguramente menos de medio millar.
En 2010, el número de reclusos alcanzaba los 77.000, la tasa más elevada de la UE. El número de presos políticos era en 2008 de 614 (presos de la ETA, reconocidos implícitamente como políticos por los gobiernos de “la salida política).
Otro dato curioso es el aumento de la delincuencia femenina: de apenas superar el 5% de los presos en 1968, se acerca al 10% en estos últimos años.
Estos extraordinarios incrementos en la población reclusa ocurren, además, bajo una legislación que, en opinión bastante difundida, tiende a proteger más al delincuente que a la víctima.
**** Sr. Moa:
Los recogenueces de la ingeniería social andan empeñados en crear una nueva "lucha de géneros" que en el siglo XXI que les dé, al menos, tantos réditos como la lucha de clases en siglos pasados. Para ello, hn conseguido que se aprueben leyes injustas (la injusticia es un caldo de cultivo de la violencia de cuaquier género) en las que hombres y mujeres no tienen los mismos derechos ni son castigados con las mismas penas por los mismos delitos. Es más, se ha destruido la presunción de inocencia para los hombres, con la colaboración de 'derecha' y la 'izquierda'. Todos vemos las campañas institucionales en televisión en las que se criminaliza a los hombres y se destruye su imagen. Las denuncias falsas están a la orden de día. Cualquier mujer que vaya con una herida e la comisaría, aunque se haya dado con la esquina de un mueble de la cocina, consigue que su pareja pase varios días en prisión -por lo que puede perder su trabajo-, se queda con la custodia de los hijos y la vivienda familiar.
Os paso una lista de los 20 hombres asesinados por sus parejas en 2010, la estadística que oculta el ministerio de 'igualdad', que también los hay, y muchos, frente a 71 mujeres. Eso sin contar con los maltratos físico y psicológicos que sufren decenas de miles de hombres, generalmente utilizando a los hijos como rehenes. Generalmente estas noticias aparecen solo en algunos medios digitales y muy fugazmente.
J. J.