Se ha extendido la idea de la nación como invento de los nacionalismos, los cuales reflejarían, a su vez, intereses económicos burgueses. Así, no existirían naciones hasta después de la revolución francesa.
La historia ofrece un panorama muy distinto: vemos naciones efectivamente inventadas por movimientos nacionalistas o creadas por estados (las naciones americanas, por ejemplo, o las africanas y muchas asiáticas); y naciones que a su vez han creado estados mucho antes de la época llamada burguesa, como diversas naciones europeas, en particular la española, la francesa o la inglesa. Los ejemplos son muy variados y nacen de una doble y contradictoria tendencia a la unidad y a la diferenciación, presente en todas las sociedades humanas.
Por nacionalismo suele entenderse una especie de hiperpatriotismo o patriotería, pero realmente es la doctrina según la cual la soberanía pertenece a la nación, al pueblo, desplazándola de los monarcas. Idea democrática en principio. Y así como existen naciones desde muy antiguo, el nacionalismo es muy reciente, se remonta a la Revolución francesa. Una vez establecida la doctrina, han proliferado los movimientos reivindicativos del derecho a constituir nuevos estados nacionales, nuevas “soberanías”. Esos movimientos expresan en unos casos diferenciaciones profundas y aspiraciones políticas con sólida base histórica y cultural, y en otros casos constituyen invenciones sin cimiento histórico (el cual suele ser falseado a conciencia). Un nacionalismo inventado en este sentido puede parecernos ilegítimo o destructivo, pero ello no le impedirá imponerse si encuentra condiciones favorables.
Así pues, no todos los nacionalismos son iguales. Y tampoco lo son en otro sentido: algunos tienen rasgos democrático-liberales, mientras que otros entienden la nación en sentido totalitario, al estilo de la “voluntad general” (equivalente a nacional) de Rousseau y sus sucesores intelectuales.
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Hoy, en "El economista":
¿DE CATALUÑA A CATALUFIA?
Pío Moa
El libro de Jiménez Losantos La ciudad que fue, expone muy bien cómo se produjo la degradación de la democracia en Cataluña a manos de los separatistas, con la colaboración del PSUC primero y de los socialistas después. Particularmente ilustrativo es el relato del atentado terrorista que sufrió el autor por defender los más elementales derechos ciudadanos, y la complicidad de Pujol y los comunistas, aliados en la infame tarea de redondear la hazaña criminal con campañas de descrédito y burlas. O las oleadas de embustes y calumnias –a quien había luchado contra la dictadura osaban llamarle franquista una tanda de trepadores que de pronto veían en el antifranquismo un modo de encubrir sus ataques a las libertades… y seguir trepando, claro–. Anguita definió la demagogia de Pujol: “Siembra el odio con palabras suaves”. Palabras suaves nunca ajenas a las violencias de otras ramas nacionalistas, tampoco al terrorismo (el asesinato, repulsivamente sórdido, del empresario Bultó marcó época) ni a las “nueces” etarras.
Hoy percibimos cómo la libertad de expresión se encuentra allí reducida a casi nada entre las agresiones físicas de los energúmenos y la mucho más efectiva agresión solapada del silencio, la ley del silencio practicada por un periodismo corrupto, de la que personalmente he tenido malas muestras. Amén de una presión administrativa que ha logrado sembrar un miedo difuso entre la gente: “mejor no meterse en problemas”. De hecho la democracia está muy seriamente recortada en el “oasis catalufo” en que quieren convertir a Cataluña, como lo está, hasta reducirse a casi nada, en las Vascongadas. Y esa tendencia va extendiéndose a toda España de la mano del actual gobierno. El dilema consiste en resolverse por la democracia, y con ella la unidad de España, o bajar la cabeza ante unas fórmulas nacionalistas que balcanizan y latinoamericanizan el país.
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Aunque los jefes del PP apenas le han prestado atención ni la han denunciado en todo su significado, la Ley de falseamiento de la memoria histórica constituye un ataque en profundidad al espíritu y a los logros de la Transición, a la Constitución y a la convivencia democrática. El falseamiento del pasado envenena el presente, y los muertos pueden matar a los vivos, como en la tragedia clásica.
El manifiesto por la verdad histórica forma parte de una campaña de opinión pública, para contrarrestar la continua tergiversación de nuestro pasado realizada con intenciones políticas actuales. No se trata de un asunto menor ni secundario, pues los autores de la ley, perdida su anterior legitimación ideológica, fundamentalmente marxista, buscan sustituirla por una legitimación histórica... identificándose, precisamente, con el espíritu de la checa y organizando una verdadera involución antidemocrática.
Todos los demócratas debieran contribuir a esta campaña, no solo firmando sino dando a conocer el manifiesto y procurando nuevas firmas, y aportando al fondo para la inserción del manifiesto en la prensa, que le daría una difusión mucho más vasta. El paso siguiente sería plantear la inconstitucionalidad de la ley.
CUENTA PARA RECAUDAR FONDOS A FIN DE INSERTAR EN LA PRENSA EL MANIFIESTO: BANCO DE SANTANDER, PLAZA DE CASCORRO 23, MADRID 28005, A NOMBRE DE MOSAND 2007 ES: 0049 5104 15 2516056920.
IMPORTANTE: AL HACER EL INGRESO INDICAR QUE ES PARA "MANIFIESTO VERDAD HISTÓRICA".
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En el mundo de lo grotesco.
Unos hechos de los que dudo existan muchos precedentes, excepto en países tercermundistas:
Una sentencia sobre el atentado más sanguinario de la historia de España que deja en la oscuridad los motivos, intenciones y grupo organizador del mismo: unos chiflados a los que un buen día les dio por hacer lo que hicieron.
Unos medios de “información” que, con las muy escasas excepciones de rigor, acepta la grotesca sentencia.
La esposa del juez principal que explota el filón del juicio escribiendo un libro al respecto “desde dentro”, con la anuencia del juez. El cual explica aprobatoriamente que su esposa quería “realizarse”.
¿Qué decir? Retrato de un país cada vez más grotesco bajo un grotesco gobierno, en plena involución.
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Iniciativas
El Presidente de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU,
tiene el placer de invitarle al acto
que se celebrará el próximo 13 de diciembre a las 20:00 horas en el
Colegio CEU San Pablo, C/ Claudio Coello, 141.
Intervendrán
Santiago Abascal Conde
Francisco Caja López
Inma Castilla de Cortázar Larrea
Iñaki Ezkerra Gereño
José Manuel Otero Novas
Alejo Vidal-Quadras Roca