Me estoy haciendo un poco adicto a la serie del comisario Montalbano en la tv de Libertaddigital, los viernes por la noche. Está bastante llena de tics progres, como el toque anticlerical, un comisario bastante pendejo y otra gente a la que sus "libertades" sexuales no les causan ningún problema y son felices así, o momentos graciosos como cuando el comisario aclara que "si es comunista es solo asunto particular suyo"; las tramas suelen ser algo inverosímiles y a veces involuntariamente cómicas, los culpables muestran una tendencia a suicidarse que no por repetida deja de sorprender al comisario, etc. Si lo comparamos con las series anglosajonas, estas resultan mejor elaboradas, con más acción y tramas más complejas. Sin embargo la serie tiene un encanto especial que proviene de una básica ingenuidad y un costumbrismo no cutre (en España costumbrismo y cutrerío suelen ir juntos), los paisajes de Sicilia y una mayor proximidad a lo que conocemos. Las series anglosajonas, con toda su buena técnica, terminan resultando como de plástico o de cartón piedra, con personajes más tópicos y falsos que un duro de madera. Ver las películas de Montalbano proporciona –a mí al menos– un indefinible consuelo.
**** Por cierto, acabo de enterarme de que Margarita Margaró de Teodorakis o Zeodorakis, que puse ayer, tiene una versión española de Manolo Escobar. Me gusta más en griego, quizá porque no entiendo la letra, pero ahí va:
http://www.youtube.com/watch?v=XsL0LC8qUQQ
Otra canción de Zeodorakis (¿o Ceodorakis?) tuvo también una versión española titulada "La luna de miel", aquí en la espléndida voz de Gloria Lasso:
http://www.youtube.com/watch?v=Uxura-pIyTM
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La chusma política
**** Rosa Díez, vetada por la Facultad de Políticas de la Complutense
Universidad basura. De no ser así, tanto los dirigentes de UPyD como los de AES, por poner un ejemplo, tendrían derecho a explicarse allí. Pero se explica Carrillo, le dan un doctorado horroris causa y casi todo el mundo lo encuentra pefectamente natural: ¡ha hecho tanto por la democracia
**** Tengo idea de que Feijoo proponía una enseñanza dividida a partes iguales entre los idiomas gallego, castellano e inglés. Es decir, equipara el idioma común nacional con el regional, por una parte, y con otro ajeno a nuestra cultura e historia, por otra. Por un lado o por otros, estos politicastros tratan de socavar, desvalorizar y hundir todo lo que significa España.
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Hoy, en El economista:
DOS CRISIS
España está sufriendo dos crisis, en parte interrelacionadas: la económica y la política. La primera es la única que preocupa a la gente, empezando por los grandes partidos, como ha revelado el absurdo "debate sobre el estado de la nación". Preocupa a estos por los efectos que pudiera tener sobre los votos y la disciplina no democrática de los propios partidos, pero no por eso ofrecen soluciones. Alberto Recarte lo ha sintetizado a la perfección: las recetas económicas del PSOE son malas, y las del PP horrorosas. Políticos de ínfimo perfil, unos y otros evitan hablar con claridad y juegan a ilusionar a los votantes con baratijas.
Pero por difícil que sea la crisis económica, mayor gravedad reviste la política, que casi nadie quiere abordar. Esta puede definirse como un proceso involutivo desde el Pacto por las libertades y contra el terrorismo de tiempos de Aznar, convertido primero en Pacto del PSOE con la ETA y contra las libertades, y luego en un proceso de descomposición moral y política de la sociedad, gracias a la liquidación de la oposición por el grupo de Rajoy.
La ausencia de oposición hizo que durante el primer mandato de Rodríguez mucha gente creyese que mientras la economía pareciera marchar bien, con más coches, pisos y gambas, carecía de importancia la colaboración del gobierno con el terrorismo y los separatistas, el apoyo a las dictaduras del tercer mundo, el ataque a las libertades, la creciente degradación del poder judicial, de la enseñanza, una información manipulada y prensa basura, entre tantas otras nimiedades. Han llegado las vacas flacas, pero el previo estropicio político, y sobre todo moral, ha sido de tal envergadura que apenas existe ya en España sensibilidad democrática. Lo cual quiere decir que una deriva fácil de la crisis económica puede ser hacia soluciones contrarias a la libertad y próximas al totalitarismo, siguiendo la tendencia actual.