Un detalle definitorio de la derecha fundamentalista es el ataque a Jiménez Losantos por agnóstico, y a César Vidal por protestante. Ella se queja de que no tiene medios de expresión, pero no es cierto: al llegar la transición los tenía y muy abundantes, incluso de modo privilegiado. ¿Qué hizo con ellos? En muchos casos sus medios se hundieron solos, porque su mensaje atacaba la democracia (que entonces la opinión pública valoraba mucho, aunque se cumpliera mucho menos; ahora ni siquiera se valora, estamos en plena demagogia –que no oclocracia, la cual nunca existe salvo en momentos muy pasajeros de una revolución–). Y porque eran incapaces de replicar adecuadamente a los ataques contrarios y a la estupidez y canallería típicas de nuestra izquierda y separatismos: creían, abierta o implícitamente, que el franquismo podía revivir, y esa falta de alternativa ponía a esa derecha en mala posición (el franquismo cumplió su papel, muy brillantemente, por cierto, en líneas generales –lo expongo en el libro que está a punto de salir: Franco para antifranquistas–, pero su propio éxito empujaba hacia la democracia). Cuando aquella derecha empezó a debilitarse por su cuenta, sus adversarios le ayudaron a hundirse privando ilegalmente a sus medios de la publicidad oficial, cosa que tampoco fue capaz de superar.
Esa derecha cree tener un derecho especial sobre la COPE porque se declara católica, pero sospecho que ella hundiría pronto la emisora, sin necesidad de enemigos. Su dificultad para desenvolverse en una situación de libertades hace que critique la democracia porque no se le hace caso o no manda ella. Y es cierto que sufre un boicot, pero también lo es que no se la encarcela y que, en principio, puede crear sus propios medios de difusión, como también es cierto que les falta imaginación y agresividad para superar ese boicot.
Por supuesto, estoy de acuerdo con parte de su mensaje: cualquier persona de sentimientos patrióticos tiene que simpatizar con uno de los pocos partidos que hoy los expresa, como AES. También la oposición al aborto (en general), a la Educación para la Ciudadanía (aunque lleva muchos años dándose, diluida en diversas asignaturas, y de forma destacada en los textos de SM, en teoría religiosos y realmente nefastos), al gaymonio y el socavamiento de la familia, al ataque sistemático a la Iglesia, a la falsificación de la historia, etc. Pero no puedo concordar con su excesiva identificación de la religión y la política. El mismo Cristo ya lo dijo, y la civilización occidental –cristiana– tiene como uno de sus rasgos principales y más fructíferos esa diferenciación y tensión entre las dos cosas, algo que no ocurre con las demás civilizaciones, en las que religión y política se identifican. Además, la invocación a la ley de Dios, incluso para un creyente, suena demasiado a la pretensión de que Dios está con ella y no con los demás.
También entiendo que existen conspiraciones (estoy leyendo ahora el último libro de Ricardo de la Cierva sobre la infiltración en la Iglesia, muy interesante como todos los suyos), pero no con el carácter absoluto que ellos dicen (lo suyo también es una conspiración, según se mire). Y en todo caso nadie me va a convencer de que el aborto o el "matrimonio" homosexual es bueno o malo explicándome historias sobre el sionismo, la masonería, Wall Street y el comunismo, o invocando la ley de Dios, sino con un examen concreto de la cuestión concreta, que diría el camarada Lenin.
Finalmente, en lo que estoy por completo en desacuerdo es en su oposición a la democracia. Aunque dicen ser demócratas, en cuanto se les rasca un poco aparece lo contrario. En mi opinión, el problema clave hoy es el de la involución, balcanización y latinoamericanización de la política española. Y no veo en AES, sino solo, hasta cierto punto en UPyD o Ciudadanos, una preocupación por tales hechos. Al contrario, en AES hay una tendencia poco disimulada a culpar de esos tres males, y de otros muchos más, a la democracia. Ello deja la bandera de las libertades en manos de la izquierda que está echándolas abajo, y en ese sentido supone una colaboración con ella. La transición hizo en lo principal una buena labor, aunque con fallos muy graves. Y en denunciar la transición y acabar con sus efectos están de acuerdo esa derecha y la izquierda, aunque cada una pretenda un resultado distinto: la derecha que llamo fundamentalista destaca sus grandes fallos como si fueran lo esencial; y la izquierda no soporta que se hiciera por reforma del franquismo, un régimen al cual la transición legitima también desde el punto de vista democrático.
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**** El blog de Aquilino Duque, siempre agudo: http://vinamarina.blogspot.com/
**** Zapatero destituye a Bermejo y coloca a un hombre de De la Vega
¡Un hombre de De la Vega! Pero, ¿se puede caer más bajo?
**** El puterío: http://www.libertaddigital.com/opinion/fray-josepho/socialistas-de-baena-47927/
–¿Y qué dirán las esposas de estos pendejos?
–Pues nada, ¿qué van a decir? Son tan emancipadas y liberadas como ellos, ya sabes, políticos del PP, digo del PSOE.
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"–¿Del Carmen? Bueno, aquí todo es del Carmen. Es lo más corriente. Yo misma me llamo Carmen... Bueno, creo que será esa que hay más arriba, detrás de la plaza.
La tasca, efectivamente, se le hace al viajero la de años antes, si bien transformada. Pero la fonda no tiene camas libres, así que bebe un vaso de vino, paga y sale a buscar otro alojamiento.
Esta pequeña ciudad parece propensa al misterio. Toda la sierra tiene un toque misterioso o legendario. No lejos, en Alájar, está la peña adonde se retiró a meditar el famoso consejero y confesor de Felipe II, Arias Montano, un humanista de tendencias místicas, cultivador tal vez de lo esotérico. Arias había vivido los días críticos de las revueltas de los Países Bajos y allí debió de afiliarse a una sociedad secreta religiosa con rasgos de erasmismo, la Familia del Amor, sociedad algo heterodoxa en relación con las concepciones de Trento, que el mismo Arias había defendido. Un personaje llamativo de aquellos tiempos tormentosos. ¿Qué confesiones le haría Felipe II? En una esquina de la plaza principal, un casino de pueblo ostenta su nombre. ¿Cultivarán su espíritu
Las tabernas tradicionales tienen las mesas de tipo camilla, de largo diámetro, y a ellas se sientan lo mismo jugadores de cartas que corros de comadres que también juegan a las cartas. Bajo los faldones de las mesas el brasero calienta los pies de los parroquianos. Pegado a una columna de una tasca, un cartel anunciador de la Semana Santa principia: "La real, pontificia, primitiva, venerable e ilustra hermandad y cofradía de nazarenos de la Sta. Vera Cruz, Santísimo Cristo de la Sangre y María Santísima del Mayor dolor (patrona de esta ciudad)..." El forastero, a quien nadie pide su opinión, queda un poco sin habla. La ciudad tiene varias iglesias de noble traza. Una de ellas, hacia el barrio alto, con fachada como la de un caserón cualquiera, salvo por un pórtico sencillo de apretada arquería de ladrillo rojo, fue sinagoga, dicen.
Subiendo desde el sur descuella a la derecha del pueblo un monte coronado por una fortaleza, de murallas arruinadas, reconstruidas a trozos. A su lado, una iglesia gótica, básicamente del siglo XIII, si bien cada uno de sus lados pertenece a un siglo diferente, con torre mudéjar. Entre la iglesia y la muralla, una estatua de Pérez Embid, secretario de Bellas Artes otrora, con una lapidaria frase suya: "¡Mirar al porvenir, al mundo entero, al alegre proyecto, al noble horizonte que merece la pena es –hoy, mañana y siempre– la ley de los hombres jóvenes!". ¿Será verdad? ¿Lo será?
La fortaleza pasó bajo el reinado de Fernando III a poder de los templarios. Cuando la ocuparon, los caballeros del Templo no podían sospechar cuán poco tiempo quedaba hasta que su orden y muchos de ellos mismos fueran aniquilados de golpe, como por un rayo caído de un cielo sereno. No les valió para prever la catástrofe la sapiencia ocultista que les atribuían".
(Viaje por la Vía de la Plata)